En Penipe hay un sitio para el turismo comunitario
Luego de 7 años de prestar sus servicios como mesero en una hostería, Armando Orozco vio la necesidad de tener y dirigir su propio negocio.
A pesar de no contar con la capacidad económica para realizarlo, empezó con muchas ganas.
Fue así que hace dos años, este “columbeño” de nacimiento llegó a la parroquia El Altar, ubicada en el cantón Penipe, provincia de Chimborazo, para adquirir una propiedad.
La edificación se ha convertido hoy en una cabaña restaurante, gracias a su esfuerzo y pese a no tener conocimientos en arquitectura o ingeniería.
Su perspectiva para los negocios, el empeño y la ayuda de la familia permitió la creación de Taita Pacho, un lugar levantado empíricamente, con la intención de darle al cantón un lugar diferente donde sus turistas puedan comer y dormir.
“Esto nació de mi corazón, de la idea mía, poco a poco he ido levantando cada espacio. Empezamos con una pequeña cabaña y ahora ya prestamos otros servicios”, contó Armando.
Una parte de la madera que usa para la construcción de las chozas es recogida del río, la que generalmente botan las personas cuando talan los árboles en la zona. Otra parte proviene de sectores cercanos, como Palitahua y Payo.
Las piedras, ripio y macadán, las trajo Orozco del río Puela. Su decoración también tiene una particularidad: el mayor porcentaje de adornos que realzan el lugar son objetos reciclados y donados por sus más fieles clientes.
Así los arreglos son: botellas, reverberos, armas, muñecos y todo tipo de antigüedades.
La “Mama Tungurahua”, la “Cueva de los Tayos”, el “Ojo del Fantasma” y la “Tungurahuilla” son nombres con los que bautizó a las cabañas.
El lugar ofrece servicios de hospedaje, un local para fiestas y reuniones, además de una variedad de alimentos preparados en horno de leña, ya sean los tradicionales o gourmet.
Entre los platos que ofrecen están: costillas de cerdo, truchas y cuy dejando el postre “taita pacho” (oca con dulce de zambo) como el plato insignia. Además, los turistas tienen la oportunidad de realizar varias actividades recreativas, como senderismo y cabalgatas.
Según Armando, su negocio, más que un espacio turístico, es un lugar donde los visitantes se sienten como en casa, por eso quienes le ayudan son lugareños.
Entre las anécdotas que cuenta hay una que siempre le saca una sonrisa: “Resulta que yo siempre he sido humilde y visto como soy. Un día, personas con atuendos elegantes vinieron al restaurante y pidieron la carta. Luego de observar todo, uno de ellos me dijo: Está todo bonito, pero dile a tu jefe que debe de darles uniformes a los empleados”. Días después el tipo regresó y se dio cuenta de que la sugerencia fue aceptada.
“Todos estaban vestidos iguales, menos yo; entonces me increpó por no usar el traje. Mi hija interrumpió y le indicó que yo era el dueño. El sujeto se puso colorado y pidió disculpas. Le respondí que con cualquier ropa yo era el mismo”.
Armando anhela adquirir más tierras colindantes con la intención de construir nuevas viviendas y así darle trabajo a su gente.
“Yo trato de emplear a los moradores del sector y utilizar la materia prima de aquí. Hay que hacer patria. A pesar de no pertenecer a este cantón, ya me siento de aquí. Quiero dejar mis raíces en este lugar”.
En la actualidad, autoridades de la zona, las comunales, las parroquiales y ciudadanos trabajan unidos y de manera sincronizada para aprovechar positivamente lo que la naturaleza ya les ha entregado.
Todos en conjunto fomentan un turismo agroecológico, con el objetivo de crear un fuerte eslabón entre el hombre y la naturaleza, disfrutando y, al mismo tiempo, respetando la inmensa riqueza paisajística que posee la zona, así como también haciendo trabajos necesarios para generar un ambiente acogedor. (I)
Recomendaciones
La temperatura en Penipe oscila entre los 13 y 15 grados centígrados, por lo que se recomienda utilizar ropa abrigadora, especialmente los niños y los adultos mayores. Una bufanda y un gorro son básicos.
El cantón se ubica a 12 kilómetros de la capital de la provincia de Chimborazo. En el poblado, los habitantes cuentan con los servicios de alcantarillado, agua entubada, energía eléctrica y sistemas de telecomunicaciones básicos. El nevado Los Altares es uno de sus atractivos.
Las cabañas en Taita Pacho cuentan con todos esos servicios, pero además en su interior existen chimeneas para dar calor a los visitantes. En el lugar, hay la opción de efectuar cabalgatas y organizar jornadas de camping.
A más de la comida tradicional de Chimborazo, en este lugar de esparcimiento se puede degustar platos gourmet. Los costos van desde los $ 4 hasta los $ 8. Los paseos a caballo valen $ 5, mientras que a bordo de las “chivas” cuestan $ 2,50 por persona. El alojamiento se ofrece desde los $ 20, incluidos los impuestos de rigor. Desde este sitio es posible observar al volcán Tungurahua. (I)