Cuando Spiderman voló agarrado a unas telas en el puente vehicular de la avenida 25 de Julio frente al centro comercial Mall del Sur, los transeúntes y conductores observaron atónitos la escena, casi sin poder creer lo que veían.

El personaje, vestido con su característico traje rojo y azul, soltó sus manos y como por arte de magia se enganchó con los pies, arrancando aplausos y risas entre el público que a esa hora circulaba por este lugar en el sur de Guayaquil.

Desde el suelo, el payaso Sombri John Llantas Fuma anunciaba con aire circense a su compañero de escena, quien tras varios segundos de desafiar al vértigo y coquetear con el peligro a unos 6 metros de altura, hábilmente descendió por las telas que estaban firmemente amarradas a la parte alta del puente.

Luego corrió hacia los autos que esperaban el cambio de luz del semáforo y algunos conductores recompensaron su arrojo con unas monedas.

Después de Spiderman fue el turno de Sombri John, quien también ejecutó una arriesgada rutina de danza aérea, fundiendo sus extremidades con las telas que, en milésimas de segundo, lo envolvían y frenaban lo que para los ojos inexpertos de los espectadores parecía una caída segura.

De igual forma, Coralina de los Vientos y César se elevaron por los aires impulsándose con las telas, en una audaz demostración de la destreza y habilidad que se conjugan en el arte de la danza aérea.

Los responsables de este inusual espectáculo, que por varios días recorrió diferentes puntos de la urbe huancavilca, son los integrantes de un grupo de artistas colombianos que han recorrido Sudamérica con su show callejero.

Sombri John Llantas Fuma es John Freddy Rico, un actor y acróbata oriundo de Bogotá, quien viaja junto con su esposa, Carolina Henao o Coralina de los Vientos, como se la conoce en el espectáculo.

Ambos son parte del colectivo Cirko Libertario, de la ciudad de Medellín. Usando una malla roja y una nariz de payaso, John relata que el grupo trabaja con muchachos de la calle y comparten el arte de forma gratuita.

Según el joven artista, llegaron a Guayaquil hace cerca de 15 días provenientes de Chile, en donde exhibieron su arte callejero ‘de altura’.  “También estuvimos en Bolivia, Perú, ahora vamos de regreso a Colombia. Llevamos dos años viajando como mochileros”.

¿De dónde surgió la idea de la danza aérea?_“Es del colectivo, creamos acrobacias, malabares, allá nos fortalecimos y salimos a hacer una rutina más completo en la calle”.

Para estos jóvenes, su actividad sirve para llevar un mensaje   de superación y ayuda a despertar la imaginación, en una época regida por la tecnología. “Dios mandó a los artistas para que pintaran sus rostros y me parece que la mejor forma de hacer la diferencia en este mundo es por medio del arte”, expresó John. “Enseñándoles a los niños, abriendo la imaginación, porque ahora todo el mundo anda pegado a su celular. Buscamos que miren hacia arriba, no solo abajo y a su celular, la cuestión es que atraigan cosas nuevas”.

También aseguró que la admiración del público al ver su acto es un estímulo para seguir. “La gente es la inspiración, así como los paisajes que vemos en el camino. Por eso el artista viaja, para inspirarse”.

Cuando John y Carolina arribaron al puerto principal, conocieron a César Lizarazo y a Yan, el Spiderman. Con ellos se unieron para crear la mágica rutina de danza aérea que congela la sangre del público con sus atrevidas piruetas entre las telas.

César también es colombiano, de Bogotá. Partió desde su tierra natal rumbo al sur con un grupo de artistas para hacer el recorrido sudamericano realizando arte callejero.

Al llegar a Ecuador se separaron, pues cada uno tomó distintos rumbos, pero la idea es reencontrarse en Perú para seguir la ruta por Bolivia, Chile y Brasil.

“En este momento me encontré con John y su esposa, e imagino que más adelante conoceré otras personas”, comentó el acróbata en el breve tiempo que le deja el cambio de luz del semáforo antes de iniciar de nuevo su rutina.

Este joven de espíritu libre y rebelde ha hecho algunos estudios en institutos para perfeccionar su técnica, pero considera que actualmente existe una educación sistemática que les pone muchos límites. 

Por eso, siente que la calle ha sido su universidad. Y el contacto con la gente, su principal fuente de información.

“A la mayoría le gusta el acto, nos felicita, nos apoya por el mensaje que llevamos. A veces algunos se incomodan y uno entiende que no todos los días las personas están de ánimo. Pero contra todo eso luchamos”.

Datos

El Cirko Libertario, al cual pertenecen algunos de los artistas que estuvieron en Guayaquil con la danza aérea callejera, tiene su sede en Medellín (Colombia).

El colectivo realiza labor social con jóvenes. Para autofinanciarse hace talleres y eventos junto con otros grupos, en los que cobran una mínima cantidad.

Puede encontrárselo en la red social Facebook, en la página @cirkolibertario. Sus actividades se destacan con el hashtag #dejaqueelcircocorraportusvenas. (I)