Washington  D.C..-

En 1995 circuló un rumor en la Casa Blanca. La entonces primera dama de Estados Unidos, Hillary Clinton, en medio de una discusión con su marido le lanzó un jarrón al presidente Bill Clinton. El rumor se convirtió en leyenda y el tema quedó en el olvido hasta que este 28 de junio, Gary Byrne, un exagente del Servicio Secreto publicó el libro “Crisis de carácter: un oficial del Servicio Secreto de la Casa Blanca cuenta su experiencia de primera mano junto a Hillary, Bill, y la manera en la que operaban”.

En medio de la campaña de las primarias estadounidenses -en la que Hillary Clinton se postula como la virtual candidata demócrata- el exagente devela “su experiencia con Hillary y Bill” abordando la supuesta personalidad violenta, errática e incontrolable de la aspirante presidencial.  

“Sencillamente carece de la integridad y el temperamento” para ser presidenta, asegura el autor del libro, quien revela también que Hillary trató de expulsar al Servicio Secreto de la Casa Blanca.  

Gail Collins en su columna publicada en  The New York Times  detalla que “sus anécdotas más jugosas son solo un refrito de viejos rumores” sin aportar con más detalles.

La Asociación de exagentes del Servicio Secreto de Estados Unidos emitió  una denuncia en la que detalla que Byrne era un oficial de bajo rango que nunca estuvo lo suficientemente cerca de los Clinton para ver todas las cosas que dice que sabía de primera mano.

Sin embargo, el más beneficiado con este ejemplar es su contrincante republicano Donald Trump, quien ha  citado las frases del autor del libro en Twitter: “Sus decisiones propagan la muerte, la destrucción y el terrorismo donde quiera que ella tocó”. La portavoz de su campaña, Katrina Pierson, también aprovecha para defender al multimillonario. “No recuerdo que Trump haya gritado nunca al Servicio Secreto, les haya llamado cerdos, haya tirado jarrones en medio de una sala o haya arañado a su esposa en la cara, lo que sí hizo Hillary”.

Collins destaca que este tipo de publicaciones son típicas en época electoral: “Debemos examinar con diligencia el lado negativo de la historia de Hillary como parte de nuestros deberes cívicos. Pero tener a Trump en el otro lado de la balanza hace que Travelgate (controversia ética de la oficina de viajes de la Casa Blanca en el mandato de Clinton) y los discursos de Goldman Sachs (bolsa de valores) carezcan de importancia”.

Para la periodista el relato de “Crisis de carácter” se supone dará una idea de los viejos líos de la Casa Blanca, pero cuestiona la credibilidad de su autor.

El portal The Blaze señala que muchos dudan del testimonio de Byrne. Contrastan que lo que describe en su libro sobre las infidelidades del exmandatario es diferente a lo que declaró en 1998 a los investigadores de la Oficina del Asesor Independiente de Kenneth Starr.

En una entrevista telefónica, un exagente de rango superior que trabajó en el equipo de seguridad de Hillary declaró en anonimato que a la candidata demócrata lo único que le irritaba era cuando los agentes empujaban a la gente para separarla de su camino. “No le gustaba trato real, es buena gente”.

¿Realmente lanzó un jarrón?

Aunque el libro es promovido como una advertencia sobre el complicado carácter de Hillary, más allá de las historias de su supuesta histeria y gritos de maltrato al personal de seguridad hay solo una jugosa anécdota sobre ella. Es la historia jarrón. La versión urbana original dice que no fue un jarrón sino una lámpara.

La periodista Katie Couric en una entrevista -a la entonces primera dama- con suspicacia le pidió que señalara “dónde estaba cuando le tiró la lámpara a su marido”. Como repuesta Hillary dijo: “Bueno, ya sabes... Estoy buscando ese punto también yo”. Tras leer a Byrne, Collins detalla que la mayor parte del libro está centrado en las aventuras sexuales de Bill Clinton. “La historia más larga es la de un supuesto romance con una mujer que no está viva para defenderse o afirmar que es real”.

Byrne, quien fue llamado a testificar ante el jurado que investigó el affaire de Clinton con Lewinsky, explica en el volumen que interrumpió algunos encuentros sexuales. En una ocasión entró en una habitación donde Bill estaba “haciendo algo inapropiado con una mujer”, que no era ni su esposa ni la becaria. En otro momento dice que tiró una toalla de la Casa Blanca manchada con barra de labios y “fluidos corporales del presidente”.  

Pese a lo alarmante que pueda sonar este testimonio contra Bill Clinton es Hillary la que lleva la peor parte de este capítulo, pues señala que luego de una pelea del matrimonio presidencial él vio salir al mandatario con “un ojo morado”.

The Blaze destaca que es probable que todos los miembros de seguridad tengan la información del romance de la becaria con Clinton, es decir, ese testimonio no es novedad.   

Collins enfatiza que EE.UU. ha demostrado que está dispuesto a aceptar líderes con vidas personales estupendamente imperfectas, pero que se encaminen y comprometan con su pueblo. (I)

DATOS

El libro fue editado por Center Street. Se podría traducir como “Crisis de carácter: Un oficial del Servicio Secreto desvela su experiencia con Hillary, Bill y cómo actúan”.

Nick Merrill, líder de campaña de Clinton, dijo que el libro busca  hacer dinero en el proceso de elecciones. “Debería colocarse en la sección de obras de fantasía”.

Gary Byrne perteneció 29 años al cuerpo de servicio de seguridad de los presidentes de Estados Unidos en la Casa Blanca.

Gary J. Byrne, exagente del Servicio Secreto (izq.), trabajó junto a la exprimera dama, Hillary Clinton, y el expresidente, Bill Clinton, durante sus dos periodos de mandato (1993-2001).