Activistas peruanos impulsan el lema "Keiko no va"
Candidatos que renuncian por falta de apoyo y debates que carecen de argumentos destacan entre los titulares de la prensa peruana. La campaña presidencial de 2016 inició con 19 aspirantes a suceder a Ollanta Humala, pero tras un convulsionado panorama electoral -que incluye denuncias de parcialidad del Jurado Nacional de Elecciones (JNE)- solo quedan en la carrera 11 postulantes.
El 10 de abril, casi 23 millones de peruanos están convocados para elegir a un nuevo jefe de Estado, 130 congresistas y 5 representantes al Parlamento Andino (2016-2021). Pese a la importancia de la cita, luego de su resolución en la exclusión de ciertos candidatos, es el JNE el gran protagonista de la jornada. El Jurado Nacional de Elecciones fiscaliza la legalidad del ejercicio del sufragio y aplica la Ley de Partidos Políticos que fue aprobada en enero -en pleno desarrollo de la campaña-.
Según la nueva norma, la entrega de ayudas económicas y dádivas está prohibida, y por estas acusaciones fueron sacados de la contienda los candidatos César Acuña y Julio Guzmán. No obstante, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, que también mantienen denuncias, continúan en la batalla. En caso de que ningún candidato presidencial obtenga más del 50% de los votos durante esta disputa se realizará una segunda ronda, el 5 de junio.
Dos mujeres por el poder
A pesar de todos los escándalos y denuncias en contra del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), su hija Keiko encabeza los sondeos con una intención de voto del 32%. Le sigue el economista Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio, con el 16%. El tercer lugar es para la izquierdista Verónika Mendoza, del Frente Amplio, quien supera las expectativas electorales y abre la posibilidad de que por primera vez dos mujeres se enfrenten en la segunda vuelta por el poder.
Para el abogado Julio Arbizu González esta idea no es descabellada. “Esta posibilidad enfrentaría a dos ideologías totalmente antagónicas; ambas tienen proyectos y programas completamente contrapuestos. Además pondría en evidencia qué ‘tan real’ es el apoyo a Keiko”.
Hace pocos días la candidata Mendoza, de 35 años, líder de la organización política que agrupa a núcleos sindicales, colectivos indígenas, de jóvenes y mujeres, denunció que en las últimas semanas es objeto de una guerra sucia por parte de la prensa. A diario recibe ataques por sus cuestionamientos al modelo económico neoliberal vigente e implantado por Alberto Fujimori.
El activista político peruano, Gonzalo Córdova, relata a EL TELÉGRAFO que a finales de la década de los 80 e inicios de los 90, Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos controlaban los medios de comunicación y los usaban para favorecer su gestión administrativa, por lo que no le extraña que cierta prensa aún sea manipulada a favor de los Fujimori.
El jurista Arbizu analiza que esta campaña negativa ha aumentado el respaldo popular a su postulación. “La joven progresista, Verónika Mendoza, ha sido muy inteligente, ya que ha respondido a estos ataques con propuestas concretas, dejando a un lado el escenario conflictivo que han construido los otros candidatos”. Ante este último hecho, Erick Sablich Carpio, editor central de política del diario El Comercio de Perú, denunció “lo sorprendente y deprimente” que es el escenario político. “No hay que ser ingenuos, las campañas suelen tener más de fuegos artificiales que de propuestas. Pero esta, en particular, está batiendo todos los récords de pobreza intelectual. A ver si los candidatos se animan a elevar el debate. La valla está bien baja, los votantes agradeceríamos el pequeño esfuerzo”.
El fujimorismo de ayer y hoy
En medio de este panorama político toma fuerza el movimiento “Keiko no va #FujimoriNuncaMas”, que propone que durante la campaña presidencial se debatan temas como el de corrupción y memoria para no regresar al pasado. Los peruanos temen que al ganar las elecciones, si lo hace, Keiko indulte a su padre, Alberto Fujimori, quien en 2007 fue condenado a 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción.
En 2012 sus hijos efectuaron este pedido al gobierno de Ollanta Humala alegando su delicado estado salud. Con el respaldo de informes médicos, el Gobierno rechazó la solicitud, ya que Fujimori no reunía las condiciones de gravedad para recibir ese beneficio.
Gonzalo Córdova, líder del colectivo “No a Keiko”, que integra este movimiento, destaca que el fujimorismo de ayer es el fujimorismo de hoy. “Tiene que ver con un tema de memoria; algo que ha ocurrido no se puede legitimar eligiendo a la heredera de este tipo de prácticas políticas”.
Córdova considera que el Jurado Electoral Especial (JEE) mantiene bases del fujimorismo que ha beneficiado a este partido. “Un ejemplo claro es que el JEE emitió la negativa al pedido de exclusión contra Keiko minutos después de la medianoche, en el amanecer de un Jueves Santo. Los que fuimos testigos del gobierno de Alberto Fujimori conocemos que aprobar proyectos en feriado es su estilo”.
El líder del colectivo no es el único que mantiene esta teoría, ya que la primera dama, Nadine Heredia, se refirió al anuncio en su cuenta en Twitter: “Hoy, 23 de marzo de 2016, el Perú recuerda sus días más oscuros, a los cómplices y sus métodos”. Desde la caída del gobierno de Fujimori, en 2000, el abogado Julio Arbizu González trabajó en el caso Montesinos-Fujimori. Ahí procesó a varios funcionarios implicados en delitos de corrupción y de lesa humanidad.
En 2011, como Procurador Anticorrupción de Perú, implementó varias estrategias de recuperación de dinero proveniente de la corrupción. “Lo que propone el fujimorismo de hoy es un retroceso a todo lo ganado. El proceso peruano que sentenció a un exmandatario fue un ejemplo de justicia contra la corrupción sin precedentes, que benefició no solo al país sino a la región”.
Para el funcionario judicial el actual escenario político de su país da la percepción nacional e internacional de que las viejas prácticas del fujimorismo están siendo adaptadas a la nueva generación, con la anuencia de algunos operadores que están dentro de este proceso.
Aunque el jurista no señala directamente como operadores a los de JEE, considera que el organismo ha aplicado de manera diferenciada la ley, permitiendo que Keiko permanezca en la contienda pese a las denuncias. Tras el divorcio de sus padres, Keiko fue primera dama a los 19 años de edad. En 2006 asumió el liderazgo del grupo fujimorista y fue congresista.
Córdova destaca que fuera del foco de atención que conlleva el ser la hija de Alberto Fujimori, a nivel político su trabajo es muy pobre. “Como congresista, donde pudo demostrar su capacidad, nunca hizo nada relevante; se dedicó a viajar y a intentar liberar a su padre. No ha demostrado tener la capacidad administrativa para manejar un país”. Sin embargo, Keiko sigue liderando las encuestas.
Arbizu y Córdova coinciden al atribuir este hecho a las dádivas de su campaña. “Hay una memoria histórica que permanece en el ciudadano y permite el rechazo a cualquier política del pasado. Seguramente, el apoyo a Keiko terminará cuando inicie la segunda vuelta y su contrincante le vuelva a ganar”. Arbizu se refiere a las elecciones de 2011, cuando Ollanta Humala le ganó en la segunda vuelta electoral. (I)