Con el desarrollo de la Astronomía y la aparición de los nuevos telescopios, la humanidad pudo observar lo que, en principio, parecía exclusivo de los astronautas: la Tierra desde el espacio, el objeto más fotografiado del cosmos.

Las imágenes revelan que el planeta se ve azul desde el espacio exterior. Aunque ese color podría estar determinado por la presencia de los océanos, en realidad, según los astrofísicos, este tono obedece a una turbulenta atmósfera en la que existen partículas de vidrio, en particular de silicato, que desprenden luz azul.

Quienes están acostumbrados a mirar a la Tierra en este tono, se sorprenderían de verla iluminada con luces artificiales, que se encienden en diferentes latitudes por la época navideña. Esas luces son tan notorias que varios telescopios espaciales las han captado de manera bastante clara.

En julio de este año, la NASA reveló las primeras imágenes de una Tierra —para muchos— desconocida: se muestra cómo la luz artificial se hace más intensa cuando es vista desde el espacio en períodos festivos como la Navidad, en Estados Unidos, o el Ramadán, en Oriente.

Uno de los avances en el campo de la Astronomía es el análisis de patrones de uso de la luz, un área del conocimiento que muchos considerarían inútil, pero que a los científicos les permite comprender el impacto del consumo de energía y el cambio climático. Al mismo tiempo, pueden indagar más sobre los diferentes comportamientos de gasto energético de acuerdo con diferentes contextos culturales.