¿La fertilidad puede esperar?
A medida que el ser humano envejece, la fertilidad se reduce. Pero lo que en principio es un hecho irreversible, para la medicina reproductiva, el reloj biológico es un factor que puede revertirse si los óvulos han sido congelados a tiempo. Ese es el ‘milagro’ de los métodos de reproducción asistida que son considerados la única esperanza para las mujeres que, por diferentes razones, aplazan la maternidad y que, al mismo tiempo, no desean renunciar a esta, aunque su etapa reproductiva haya llegado a su fin.
Antes de la aparición de la medicina reproductiva, estaban presionadas a concebir antes de que su reloj biológico lo impidiera. Era un hecho irreversible: la fertilidad no esperaba. Hoy, contra todo pronóstico, hay mujeres mayores de 40 años que han logrado ser madres.
De cierta manera, el método que permite congelar los óvulos ha desatado un debate ético: ¿hasta qué punto es recomendable que, a través de esta técnica, una mujer pueda tener hijos cuando tiene la edad para ser abuela, aunque haya congelado sus óvulos a los 35 años? Quienes defienden el método, aseguran que a ninguna mujer se le puede negar el derecho de ser madre, aunque tenga una edad avanzada.
Las críticas, por otro lado, se centran en el hecho de que hay una edad ‘ideal’ para la maternidad y que esta oscila entre los 25 y 35 años. Ante estas posiciones encontradas, los especialistas tienen claro que la ciencia ha marcado un hito: preservar la fertilidad más allá de la edad biológica, lo cual representa un logro para la humanidad, porque garantiza la procreación más allá de cualquier limitante.