El ‘ser mujer’ una búsqueda compleja
“No se nace mujer, se llega a serlo”, fueron las palabras de Simone de Beauvoir, la autora de El segundo sexo, una obra escrita en 1949 y considerada una de las más relevantes a nivel filosófico. Esta parisina tuvo el mérito de indagar sobre un tema que para muchos todavía resulta lejano, pero sobre todo, ajeno: de qué manera la sociedad ha concebido a la mujer.
En este sentido, el concepto de mujer o lo que se entiende por mujer es un producto cultural que se ha construido socialmente. En muchas ocasiones, se ha advertido que el imaginario de feminidad suele confundirse con un feminismo radical, pero este concepto más complejo de lo que parece, podría estar más relacionado con las propuestas de liberación y autoconocimiento.
Los estudios sobre feminidad insisten en que no se trata de un abordaje centrado en la lucha de sexos -como se ha pretendido creer durante muchos años- sino de una búsqueda más elevada. Ser mujer es concebir un mundo más humano, más solidario, más equitativo y, por supuesto, más integrador.
El ser mujer es una búsqueda que puede tomar toda una vida y que, en muchos casos, puede obligarnos a cuestionar nuestra propia existencia. Es inevitable reconocer las diferencias para poder tomar un lugar y una postura en este mundo. Solo así las mujeres podrán ser capaces de construir su propia historia.