El modelo de atención integral del msp inició en noviembre de 2013
Los técnicos en salud, como Julissa Navarrete, reciben formación de 2 años
“Llegó Juli, llegó Juli”, dicen los niños de la escuela Gregorio Marañón, ubicada en Níspero, cantón Santa Ana (Manabí). Cada vez que Julissa Navarrete los visita hay fiesta en el lugar. Ella tiene 29 años y es aspirante a técnica de atención primaria en salud (TAPS), desde hace 6 meses.
Los infantes la abrazan y acompañan hasta una de las aulas. Allí coloca una balanza, cinta métrica y los empieza a llamar: “Christian Macías, acércate por favor”. Julissa le toma el peso y la talla mientras el niño de 4 años la observa y le escucha decir: “Te estás alimentando muy bien”.
Christian se pone sus pequeños zapatos y vuelve a su pupitre. “Está dentro de la curva normal de crecimiento”, indica Julissa. Cuando la niña o niño no lo está, se informa a la profesora y padres y se les brindan charlas de nutrición.
Julissa trabaja en las parroquias Níspero y Sasay, donde habitan más de 467 personas. No solo visita las escuelas, también a mujeres embarazadas, personas con discapacidad y pacientes con enfermedades crónicas, como hipertensión o diabetes. El objetivo de la labor de la joven es la implementación de programas para que las comunidades incorporen estilos de vida saludables.
“Estamos pendientes de cada una de las personas de la comunidad. Les brindamos las herramientas para que cuiden su salud y les hacemos conocer las estrategias”, dice Julissa, mientras toma los signos vitales de Eliana Vaque, de 25 años.
La mujer sentada en la sala de su hogar acaricia su vientre y sonríe después de que Julissa le indica que su presión arterial está en los parámetros normales. “Sigue cuidándote en la alimentación y no olvides leer más sobre lactancia materna”, le dice mientras le entrega un pequeño folleto sobre el tema. Eliana demuestra su agradecimiento hacia Julissa: “Viene seguido, está pendiente de mis controles prenatales, cómo me alimento y de que esté muy bien”.
En el Distrito de Salud D13D04 de los cantones Santa Ana, 24 de Mayo y Olmedo, existen 45 personas que se están formando para TAPS. “Al igual que Julissa, son de la comunidad y trabajan para su comunidad. Son líderes que conocen la realidad de sus poblaciones y la situación de cada una de las personas que forman parte de ellas”, manifiesta Ángel Zamora, responsable de la Provisión de Servicios de Salud de ese distrito.
Julissa forma parte de los 1.657 estudiantes aspirantes a TAPS que en 22 provincias del país reciben distintas tutorías en jornadas de 8 horas, una vez cada semana, desde noviembre de 2013.
La carrera tiene una duración de 2 años y el pénsum de estudios se basa en la atención primaria de salud como eje central articulador de los sistemas locales de salud, para que los técnicos, a través de métodos y herramientas, tengan la capacidad de realizar análisis, procesamiento de problemas, gestión de servicios y programas, en el marco del Modelo de Atención Integral de la Salud (MAIS).
Hasta el momento han aprendido sobre salud materna-infantil, de niños y adolescentes. También recibirán clases sobre salud en la comunidad y la familia, cuidado integral de la salud y desarrollo comunitario, mientras realizan trabajo práctico en las comunidades y coordinan distintas actividades en las unidades operativas de salud, como charlas de prevención de enfermedades y promoción de la salud.
“Se trata de profesionales con una formación holística de la salud, con sólidos conocimientos y un enfoque humanista, capaces de desarrollar actividades de atención de salud de primer nivel con énfasis preventivo y promocional, ligados al desarrollo colectivo de su población, incluyendo la rehabilitación y cuidados paliativos”, expresa Miriam Vizcaíno, directora nacional de Talento Humano del MSP.
El recorrido de Julissa termina con la visita a Ramón Macías, de 44 años. Él vive en Sasay y tiene 85% de discapacidad. Álvaro, su hermano, cuenta que hace algunos meses Ramón recibió una silla de ruedas para movilizarse. “Ahora lo vemos sonriendo y con más fuerzas. Debemos seguirlo visitando para que la ayuda sea integral; continuaremos con las brigadas médicas”, afirma Julissa.
Ella finaliza su jornada acompañando a pacientes a recibir atención en el Centro de Salud Tipo A de Santa Ana, tomando medidas antropométricas y brindando recomendaciones y consejos sobre cómo prevenir el dengue o la leptospirosis, nutrición infantil, entre otros temas.
Julissa dice sentirse contenta con su labor. “Trabajar con la comunidad para convertirme en TAPS se ha convertido en una forma de vida que me llena por completo. Las personas nos reconocen y nos han permitido estar cerca de ellos; conocemos sus necesidades y ellos conocen sobre las enfermedades, cómo deben cuidarse y, cuando es necesario, somos el enlace con los profesionales de salud para garantizarles servicios con calidad”.
CÓMO ES POSIBLE SER PARTE DEL CURSO TAPS
Para convertirse en técnico de atención primaria en salud, el Ministerio del ramo identifica el siguiente perfil:
Debe ser bachiller y que viva en la comunidad donde estudiará, aprobar requisitos del Ministerio de Salud (MSP), demostrar actitudes de compromiso social y tener respaldo de una organización de base comunitaria.
Además, los aspirantes deberán aprobar un test de aptitudes y entrevista.
El MSP busca capacidad para procesar, analizar y sintetizar información procedente de fuentes diversas y habilidades de razonamiento cuantitativo para la identificación y resolución de problemas de la vida diaria.