Los cambios en salud se constatan en el trabajo médico diario

Albert Chávez, de 40 años, cumplió 10 como médico pediatra, un trabajo que le genera mucha alegría. Desde pequeño siempre supo que quería ser médico para ayudar a los demás y trabajar con niños. “El pediatra tiene que ser niño para trabajar con los pequeños, y a mí me gusta ser niño, porque ellos son seres especiales que representan la felicidad y bienestar”, dice.

Desde que se graduó en 2005, Chávez fue designado para trabajar en el barrio Ciudadela Ibarra, en el sur de Quito. En aquellos años, la situación sanitaria del país era diferente, recuerda Chávez, ya que se cobraba a los pacientes entre $ 0,50 y $ 1 por la atención médica, pero ahora ya no.

“Había medicamentos, pero muy pocos; ahora se cubre la totalidad en medicinas de atención primaria. Se notan muchos cambios. Tenemos una gran demanda de pacientes. La cobertura de la población es mayor que antes. Pienso que la gente ha preferido atenderse más en el sector público, porque hay más profesionalización, mayores especialidades y otras mejoras”, enfatiza.

De acuerdo al Ministerio de Salud, parte de las mejoras es el aumento en la inversión en salud. Así, el presupuesto en 2014 fue de más de $ 2.400 millones, 24 veces mayor que el del año 2000 y 5 veces mayor que el de 2006, lo que ha permitido la adquisición de medicamentos, insumos y una transformación de la infraestructura y equipamiento de las casas de salud.

En infraestructura, en un hecho inédito en la historia nacional, entre 2011 y 2014 en Ecuador se han inaugurado 11 hospitales y se construyen 10 más. Mientras que en talento humano, el número de médicos que laboran en el MSP varió de 5.523 en 2008 a 12.413 en 2015.

Chávez constata estos cambios. Recuerda que cuando se incorporó como pediatra aún no había iniciado el gobierno actual. “Ahora puedo comparar el cambio evidente que ha existido”, señala. “Cuando ingresé, los sueldos eran muy inferiores a los que se está ganando. Ahora hay un reconocimiento al profesional de la salud. Ahora los médicos ganamos para vivir bien y tenemos la posibilidad de crecer profesionalmente y económicamente”, acotó.

En 2008 un médico ganaba entre $ 919 y $ 1.197 mensuales; en la actualidad, recibe un sueldo de entre $1.676 y $ 2.967, de acuerdo con su nivel de formación, al cual se suman beneficios de ley y en ciertos casos bonos como el geográfico y de compensación por residencia, con los que podría alcanzar un ingreso mensual de hasta $ 4.000, aproximadamente.

En el barrio San Martín de Porres, en el sur de Quito, labora desde hace 22 años la doctora Gloria Lema (54), médico responsable de la unidad de salud, quien también constata los cambios en el sistema sanitario y siente un mejor ambiente para su ejercicio profesional.

Su entrega por los pacientes le ha llevado a buscar todas las formas posibles para aliviar y curar sus enfermedades. “Lo mío es dar la atención directa con el paciente. Me gusta apoyar a la gente en su dolor”, dice Lema, quien es madre de tres hijos, la última de ellos también orientada hacia la medicina.

“He llorado con la gente cuando existen problemas muy graves que no tienen solución, ante un paciente con una insuficiencia renal crónica o que está en una silla de ruedas”, comenta, pero recupera el ánimo al recordar los avances desarrollados para estos sectores y también señala que su contribución en este proceso rebasa muchas veces el horario de las 8 horas de trabajo, en cumplimiento a su vocación de servicio y en cumplimiento al juramento hipocrático.