Conocoto es una de las 33 parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito. En este lugar, en enero de este año, el Ministerio de Salud Pública (MSP) inauguró un centro de salud tipo C.

En el subcentro 9 profesionales de la salud obtuvieron una beca para especializarse como médicos familiares y comunitarios. Carlos Benavides (35) es uno de los 9 becarios que labora en la casa de salud de primer nivel de atención.

Al igual que él, en el país otros 508 profesionales se forman como médicos familiares y comunitarios para suplir las necesidades del primer nivel de atención, en el cual se resuelve el 80% de las patologías por las que los pacientes acuden al Sistema Nacional de Salud.

El objetivo es fortalecer el primer nivel de atención, que es la puerta de entrada al Sistema Nacional de Salud y descongestionar el segundo y tercer nivel, donde se deben atender únicamente casos de mayor complejidad. En Ecuador la especialización en medicina familiar y comunitaria se concretó en 2012.

“Nuestra capacitación de 3 años de estudios está enfocada en las principales patologías, para resolverlas nosotros y no enviar los exámenes complementarios a un médico especialista de otro nivel de atención”, manifiesta Benavides.

La preparación de los profesionales se realiza en forma práctica y teórica. Así, una o 2 veces a la semana un médico tratante de medicina familiar ingresa a la consulta y capacita al becario en los temas que se necesite reforzar, lo que se complementa con clases teóricas cada 15 días. Cuando deben concurrir al hospital, para su formación práctica se integran al equipo de atención de acuerdo a la especialidad asignada. Además, reciben clases dos fines de semana al mes en la universidad a la   que pertenecen.

Fortaleciendo la red sanitaria

Patricia Vera, directora nacional de Normatización (e), unidad responsable de la gestión de becas, explica que actualmente esta cartera de Estado fortalece el primer nivel de atención también con la formación de 1.657 técnicos en atención primaria en salud (TAPS). Ellos son el nexo directo entre la comunidad y la unidad de salud.

Además, en 2015 se iniciará la formación de 2.900 enfermeras familiares y comunitarias en un proceso de 2 años, conformándose así, entre los 3 recursos humanos, el equipo de atención de primer nivel. Adriana Fiallos (21) vive en la parroquia Chiquicha, del cantón Pelileo, en Tungurahua.

En este sector habitan alrededor de 20 mil personas. Ella es parte del primer grupo de adjudicatarios de becas para la formación de TAPS, que inició sus estudios el 26 de noviembre de 2013, en 22 provincias.

La formación tiene una duración de 2 años. “La gente nos identifica y eso facilita que podamos trabajar con ellos; conocemos sus necesidades y sabemos identificar más fácilmente si alguien necesita atención médica”, comenta la joven.

Para la selección de los adjudicatarios de becas para TAPS es necesario ser bachiller, aprobar el proceso de selección del Sistema Nacional de Nivelación y Admisión,  ser promovido por la comunidad, entre otros requisitos.

La capacitación teórica se realiza en 17 institutos técnicos superiores del país. La formación práctica se efectúa en las unidades de salud y se complementa con el trabajo junto a tutores y con la visita a los pacientes en los hogares.

Patricia Vera indica que para fortalecer el desarrollo del talento humano en el segundo y tercer nivel de atención también se hacen enormes esfuerzos, como en el programa de posgrados en especialidades médicas clínicas quirúrgicas, que entregó 584 becas entre 2013 y en lo que va del año.

Los becarios se formaron en la Universidad Central del Ecuador, Pontificia Universidad Católica del Ecuador y Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

Mientras que desde 2012 se adjudicaron 223 becas para médicos residentes asistenciales. Su formación posgradista se realiza en la Universidad Central del Ecuador, Pontificia Universidad Católica del Ecuador y Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

Desde ese mismo año 104 becarios se forman en Cuba en las especialidades de imaginología, anestesiología, genética clínica, asesoramiento genético, nefrología, cirugía de trasplantes, neonatología y neuropediatría. “Son especialidades donde existe un déficit de profesionales en el país, lo que permitirá fortalecer el Sistema Nacional de Salud”, aclara Vera.

La directora nacional de Normatización indica que los becarios deben devengar con su trabajo remunerado en el sector público el doble de tiempo de su formación. “Esto garantiza que las unidades de salud contarán con personal permanente y los profesionales tendrán estabilidad laboral, con miras a que puedan quedarse en la misma unidad al participar en los concursos de cada institución”, agrega.

En total, desde el año 2012 se han entregado 3.077 becas y la proyección hasta 2017 es otorgar 13.243 a profesionales y técnicos de la salud.