El olor a café inunda gran parte del casco colonial de Zaruma. El aroma viaja por cada rincón de su arquitectura, compuesta por vistosas casas republicanas. Esta bebida forma parte del menú de todos los restaurantes de la ciudad.

En el centro histórico de la urbe el aroma se esparce y atrae a los visitantes. En la calle Bolívar está la tienda de Marcelo Valverde, un hombre de más de 90 años que ha pasado su vida procesando y vendiendo café detrás de un mostrador en la despensa El Cafetal.

Valverde asegura que, por su aroma, su café es reconocido y buscado por los clientes. “Es un café arábigo, cosechado a 1.300 metros de altura, eso le hace especial”, dijo el nonagenario.

Varios turistas llegan a la urbe justamente para degustar esta bebida, acompañada del tigrillo (plato tradicional de la zona hecho a base de verde). Una de ellas es Mónica Echeverría, quien llegó de vacaciones, desde su natal Tumbes (Perú). “Es la segunda vez que vengo a esta ciudad, la primera vez me llevé bastante café para preparar a mi familia en Perú, también me encanta recorrer sus antiguas minas”, dijo entre risas, la turista.

Melba Cabrera, jefa del Departamento de Información Turística del Municipio de Zaruma, explicó que cuando amanece en la ciudad, el olor se dispersa entre las viviendas. “Esto es algo especial que podemos ofrecer para quienes nos visitan”, aseguró.

Pero en Zaruma el café no se sirve solo, este va acompañado de un plato especial que también es nativo de esa zona: el tigrillo. Esta especialidad es preparada con plátano verde majado y se sirve acompañada de huevo frito y otras especias y salsas que le dan un sabor especial. Este plato es uno de los mejores compañeros del café, no solo para quienes viven en Zaruma, sino también para quienes llegan de vista.

Para el alcalde Jhansy López, el café zarumeño es la marca de la ciudad, por ello cada julio se realiza el concurso ‘Catación Café de Oro’ y se elige a la reina nacional del café.

En el certamen, este año, participaron 10 productores de Zaruma, Piñas y Loja. El primer lugar fue para la Asociación Procafeq del cantón Quilanga, provincia de Loja; el segundo para María del Carmen Socola Sánchez, del cantón Zaruma; y el tercero, para el caficultor Draucin Mardoqueo Robles, del cantón Piñas.

La esencia, el sabor residual, la acidez, el cuerpo, el balance, la uniformidad, el dulzor y la taza limpia fueron parte de las características que se evaluaron entre todos los participantes.

Los cultivos van disminuyendo

Pese a que el cantón Zaruma es reconocido a nivel nacional por su café, los cultivos se han ido perdiendo; sus plantas son muy viejas y con muy poca producción, contrario a ello, el consumo va en aumento.

Sin embargo, la parroquia San Roque, perteneciente al cantón Piñas, es ahora la localidad con mayor número de caficultores, posee en total 300 hectáreas de cafetal.

Entre las clases de cultivos que se encuentran en la zona están: el arábigo nacional, con el 68,20%; el caturra rojo, con 30,27%, y el robusta, con 1,53%.

El 48,93% de los cultivos sobrepasan los 40 años, siendo el 7,95% el porcentaje con edades de hasta 10 años, según una investigación de la Universidad Nacional de Loja. Los propios habitantes de la ciudad patrimonial aseguran que la mayoría de los cultivos de café, provienen del cantón Piñas. “Zaruma tiene la marca y su preparación, pero ahora Piñas tiene mayores hectáreas de cultivo”, dijo uno de sus habitantes.

Postulada a ‘Ciudad más Amable’

El alcalde López está empeñado en convertir a su ciudad en una potencia turística. Por ello la Municipalidad postuló a Zaruma en un concurso del Ministerio de Turismo en el que se elegirá a la ‘Ciudad más Amable’ del país.

El Ministerio hace 4 preguntas esenciales para que una ciudad pueda postularse, ellas son: ¿En esta ciudad la gente sonríe al turista y le brinda su ayuda?, ¿esta ciudad es segura y amigable para el turista?, ¿hay información turística disponible?, y ¿los servicios turísticos son de calidad?

El burgomaestre considera que Zaruma reúne todos estos requisitos para llevarse ese título. Algo muy curioso al recorrer esta ciudad es que los jóvenes y adultos todavía saludan a los extraños, algo que ya se ha perdido en otros lugares del Ecuador.

La gente no tiene problemas en detenerse a conversar sobre el pasado de esta tierra en uno de los portales de las inclinadas calles, haciendo de guías turísticos innatos con el fin de que quienes llegan se lleven la mejor impresión, señala el alcalde López. (I)