Alrededor de 5 horas tarda el viaje entre la planta editora en guayaquil y cuenca
William lleva los ejemplares desde el nacimiento de la edición
Entre las 2 y 3 de la madrugada EL TELÉGRAFO del Sur llega a Cuenca. William Godoy, de 36 años, es el encargado de su traslado desde la planta editora que se encuentra en Guayaquil.
Este hombre viaja regularmente solo a bordo de una camioneta de una cabina. El tiempo que tarda en el trayecto es de aproximadamente 5 horas. En ese lapso debe soportar el frío de hasta 5⁰ en la cordillera. En otros casos debe conducir despacio debido a las intensas lluvias.
Él lleva el mismo tiempo que la Edición Regional en este oficio. Su jornada empieza entre las 18:30 y 19:00 cuando espera la salida de los ejemplares en la matriz del decano de la prensa nacional ubicada en el kilómetro 1,5 de la avenida Carlos Julio Arosemena.
“Por lo general estoy embarcando los periódicos a las 20:00 o 21:00, pero cuando se presenta algún inconveniente me toca esperar más”. Es el último en recibir su carga, ya que primero sale la edición que va a Quito, seguida de la que debe llegar al centro del país, y por último la del Sur.
Al momento de llenar la camioneta con cada paquete que recibe, los coloca en el orden que van a ser descargados. Primero ingresan las ediciones que van directo a Cuenca, luego las que deja en Azogues, para poner en segundo lugar los diarios de edición nacional que traslada hasta La Troncal. “Prefiero viajar solo, es mejor así. No lo hago con mi esposa o hijo porque podrían quedarse dormidos o darles mucho frío y me toca preocuparme por ellos”.
Godoy no ha calculado el tiempo exacto que se tarda en el viaje de Guayaquil hasta Cuenca. Reconoce que los días entre semana son más complicados por el tráfico. Lo mismo en la noche cuando circulan camiones de carga pesada y transportistas. Hay otros factores como la neblina, lluvia y derrumbes que también inciden. Los fines de semana son más despejados.
Una vez que el carro está lleno, ajusta las correas de la carpa y empieza su recorrido que tiene como primer punto El Triunfo. A las 22:35, lo recibe en esta población Carlos Manuel, de 21 años, a quien deja un paquete con ejemplares que serán retirados a las 5:00 por otra persona.
Después de 20 minutos hace su segunda parada, en La Troncal (Cañar), donde entrega los ejemplares correspondientes a la edición nacional dentro de un estudio fotográfico del cual tiene una llave. La siguiente parada es después de 2 horas en Azogues. Recuerda que a los 14 años salió de su natal Nabón. Quiso ser comunicador social y estudió a distancia por un tiempo. También fue a una escuela radiofónica en Riobamba, pero la tuvo que dejar por el trabajo.
Ingresó a trabajar para EL TELÉGRAFO hace 2 años. Sabía que no era tarea fácil, sobre todo por el horario, pero con el tiempo se ha ido acostumbrando. “A mi esposa no le gustaba porque pasaba mucho tiempo fuera de la casa, pero ya comprendió que es mi trabajo”.
Cuenta que prefiere ver su trabajo como algo positivo y no piensa en los sacrificios que implica. Conducir hasta la Sierra sur —afirma—, tiene algunos riesgos. Las curvas son muy cerradas. Además, los camiones toman toda la vía, por lo que muchas veces tiene que hacerse a un lado para subir y esquivarlos.
Son pocas las veces que se detiene a comer algo. El menú no es variado en los comedores de la ruta debido a la hora. A veces hace una parada con el fin de estirar las piernas. En esta oportunidad en que un equipo del diario lo acompañó en su viaje, lo hizo en El Tambo.
Para mantenerse despierto lleva café, una bebida energizante, agua, caramelos o cigarrillos. Asegura que lo que nunca falla es el frío, por lo que procura mantener la ventana entreabierta en su trayecto.
La tercera parada es a la 01:30 cuando deja un gran paquete de periódicos en el patio de la señora Nube Cárdenas. Ella es la encargada de repartirlos al día siguiente en la capital del Cañar. En una de las vías de esta provincia es donde hay más neblina. Aquí conduce con precaución, ya que también suele haber derrumbes.
Cuarenta minutos después llega a la Atenas del Ecuador. Es alrededor de las 2:09. A su arribo empieza a descargar los periódicos y los apila afuera de una tienda cerca del parque Santo Domingo. Este sitio es una especie de terminal de los “canillitas” En esta zona de la calle Padre Aguirre se los entrega al distribuidor, quien es el encargado de proporcionarlo a los subdistribuidores locales. Estos últimos lo reparten en diferentes puntos de la ciudad y cantones aledaños.
César Andrade Estrella, de 56 años, es el encargado de receptarlos y revisar que lleguen en buen estado. Trabaja desde hace dos meses con el diario público, pero desde hace 10 años lo hizo en otros medios de comunicación. Su horario empieza a las 2:30 y termina cinco horas después.
Al lugar llegan 4 distribuidores, desde las 3 de la mañana quienes son los encargados de recoger sus paquetes, los dividen y los entregan en varios sitios ya determinados. Cristhian Zhumi, de 25 años, los reparte a bordo de su moto en las tiendas y a los suscriptores.
En cambio Pablo Arguello Bermeo, de 50 años, los lleva a diferentes puntos y lugares afuera de ciudad. Juan Pablo Mora llega en una furgoneta y es quien se lleva la mayor cantidad de periódicos. Jorge Quito, es el más nuevo en el trabajo en Cuenca, pero en Nueva York durante 8 años entregaba el Daily News.
Él es el responsable de proporcionar los diarios a los 90 “canillitas” que llegan al sector. Estos empiezan a llegar desde las 5 de la mañana. De ahí se dirigen a distintos puntos para ofertar el primer diario público del país.