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Una propuesta ambiental de 42 kilómetros en el sur del Ecuador
El antiguo camino que conectaba a Loja con la parroquia Vilcabamba, pasando, entre otras, por las comunidades de Pueblo Nuevo, Tres Leguas, Rumizhitana, Landangui, y por las parroquias Malacatos y San Pedro de Vilcabamba, para continuar con Quinara y Yangana, y desde allí conectarse con Zamora Chinchipe y Perú, se convierte hoy en un sendero destinado al turismo, la aventura, la interpretación ambiental, la recreación familiar y el deporte.
La quietud del entorno junto con sobresalientes escenarios paisajísticos mimetizados con sembríos que dan cuenta de la presencia humana, convierten al Sendero Caxarumi en un nuevo producto de la naturaleza y la cultura destinado a diversificar la oferta turística de Loja, ciudad reconocida por la pronunciada participación ciudadana en la protección del entorno ambiental.
Y es que Loja puede jactarse de haber sido galardonada mundialmente como una ciudad que respeta la vida en todas sus formas y manifestaciones; que abre espacios para interpretarla, entenderla, valorarla; y a partir de este conocimiento, ayudar a su conservación.
El Sendero Ecológico Caxarumi, localizado al sur de la ciudad, es el resultado de esta motivación y evidencia la preocupación municipal por poner en valor estos recursos, porque en materia turística, Loja es a Ecuador lo que Ecuador es al mundo: un recurso biodiverso potencialmente desarrollable para el turismo.
El sendero se localiza en Vilcabamba, una de las zonas de reconocimiento mundial por la longevidad de sus habitantes, y que cuenta con apacibles valles circundantes de las parroquias Yangana, Quinara, San Pedro de Vilcabamba y Malacatos.
La ruta inicia en la propia ciudad de Loja, específicamente en el Parque Lineal La Tebaida o en su defecto se puede partir del sector Cajanuma, a 11 km desde Loja con destino a Vilcabamba, donde está el pórtico de acceso al sendero, para culminar, luego de recorrer aproximadamente 11 kilómetros, en el barrio Rumizhitana, como primer punto de llegada; o más allá, en la plaza central de Vilcabamba, como destino final, luego de 20 km adicionales de recorrido.
La exigencia física pasa de moderada a alta si la intención es recorrer el tramo completo de la ruta Loja–Vilcabamba, que alcanza los 42 kilómetros; si la intención es solamente el sendero en el tramo Cajanuma– Rumizhitana, el esfuerzo física es menor y se puede realizar durante todo el año.
El turista puede recorrer la totalidad del sendero o hacerlo por tramos, para estar en íntimo contacto con la naturaleza. A pie, en bicicleta o a caballo, el paisaje, la interpretación ambiental, la observación de flora y fauna, y el encuentro humano con los pobladores del sector, vuelven muy interesante y enriquecedor este recorrido.
La operatividad del sendero prevé la inserción de las comunidades humanas asentadas a lo largo de la ruta en actividades productivas que tienen como base el turismo receptivo.
Esto convierte a cada familia en una potencial microempresa y estimula la generación de emprendimientos, encaminados a mejorar las condiciones de vida de la población, que empieza a sentir los beneficios de esta actividad. (I)