Cada diez días un tanquero de la Empresa Municipal de Agua Potable de Azogues (Emapal) llega a la comunidad de Macas, en la parroquia Javier Loyola, para abastecerla del líquido vital.

En el sector no hay ese servicio y tampoco el de alcantarillado. A lo que se agregan las condiciones insalubres en las que viven por la construcción del relleno sanitario, ubicado a unos 150 metros de la comuna. “No tenemos agua.

Todas las tardes debemos soportar los fuertes olores que trae el viento y también a los roedores”, dijo César Tamayo, presidente de la comunidad, quien, junto con los habitantes del sector, acudió al Municipio para recordarle a las autoridades el compromiso que asumieron con los sectores cercanos al relleno a raíz de su construcción. El dirigente dijo que existe un plan de compensación establecido desde 2008, en el cual el Cabildo se comprometió a dotarlos de servicios básicos, como agua , alcantarillado y mejoramiento vial.

Estos, de acuerdo a los moradores, hasta la fecha no han sido implem e n ta d os . “Ya son cinco años que no hemos recibido nada de esto”, dijo.

Rommel Sarmiento, asesor de los habitantes, explicó que la comunidad también reclama $ 30.000, monto acumulado desde 2011 destinados a invertirse en la construcción de un tanque de reserva de agua.

El plan de compensación era por $ 50.000 para las siete comunidades aledañas al relleno, más los servicios básicos. Este monto debía ser distribuido en función al impacto directo o indirecto que recibieran. “Ha habido mucha lentitud para entregar los dineros”, remarcó. En tanto, Mauro Ávila, director de Gestión Ambiental del Municipio, explicó que el retraso obedece a que hasta la fecha no existe un reglamento con el que se regule la compensación a las diferentes comunidades .

“Solo hay un acta transaccional y un monto establecido, sin embargo los sectores no llegaron a acuerdos por lo que no se pudo entregar los recursos ”, puntualizó.

Según Ávila, el alcalde de la ciudad, Eugenio Morocho, se comprometió a elaborar ese cuerpo legal lo más pronto posible, para establecer la cantidad que le corresponde a cada comunidad.

“Esto ya en función del estudio de impacto ambiental para determinar el grado de incidencia”, añadió.

Por el momento el Departamento de Gestión Ambiental se comprometió a iniciar un plan de desratización. Además de implementar un programa de reforestación que ayude a la diseminación de los malos olores. “Ya es hora de que hagan algo y no esperen a que los niños se enfermen para tomar medidas a favor de nuestra salud”, dijo María Poma.

Construcción de tanque de agua

Las más de 150 familias que habitan en el sector piden, como ayuda inmediata, la construcción de un tanque de distribución de agua.

Actualmente reciben el líquido a través de un tanquero de Emapal. En las viviendas del sector hay canales que desde los techos bajan hasta un tanque y de esta forma recolectan agua cuando llueve.

“Con los $ 30.000 tenemos planificado construir un tanque que sirva para dotarnos del fluido”, dijeron los moradores.