Un plan para salvaguardar la distinción de sombreros
La declaratoria de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) otorgó al tejido tradicional de paja toquilla obliga a las autoridades a trabajar para mantener ese reconocimiento.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) admite que esa distinción -concedida en diciembre - creó un ambiente positivo para mejorar la situación económica de quienes se dedican a elaborar sombreros con esa materia prima.
La directora ejecutiva encargada del organismo, Ximena Ron, en el programa “Azuay Habla” afirma también que el galardón, además de beneficios, impone desafíos y obligaciones.
Explicó que es necesario evitar la sobreproducción, el uso inadecuado o que la baja calidad del producto, ponga en peligro esta declaratoria.
Por ello, dijo, la entidad diseñó un plan de salvaguardia, a través del cual se busca un equilibrio en todos los procesos que intervienen en la elaboración del sombrero de paja toquilla.
El director de la Regional 6 del INPC, Santiago Ordóñez, señaló que el programa incluye informes periódicos a la Unesco y otras acciones para preservar la permanencia de este tejido.
El mismo incluye el mejoramiento de la calidad de vida de quienes se dedican a esta actividad artesanal, ya que el patrimonio lejos de ser un elemento decorativo y ajeno, es una vía para dar salida a las necesidades vitales de la gente y mejorar su condición económica.
Reconoció que en la actualidad no existe un censo que permita conocer cuántas personas se dedican a esta labor.
“Contar con esta información será parte del plan de salvaguardia”, señaló.
De acuerdo con las autoridades, la propuesta de Ecuador con el sombrero de paja toquilla “compitió” con otras de países como Cuba, Bolivia, Costa Rica y Brasil, que en un total de 40 intentaron ganarse este reconocimiento de la organización.
“Esto no solo se refiere a un objeto final sino a todo un conjunto de saberes y procesos puestos en práctica para logar un producto final”, manifestó Ordóñez.
Al rescate de bienes
Otro de los objetivos del instituto es el rescate y preservación de bienes inmuebles patrimoniales, entre ellos la capilla de Challuabamba, de la parroquia Llacao.
La restauración es ejecutada por la entidad con una inversión de $65 mil.
A ello se agrega la restauración de un conjunto de viviendas patrimoniales de Susudel, en Oña, con trabajos en cubiertas y paredes de adobe. Esta labor incluyó la capilla de la comunidad. Está pendiente el cementerio, considerado también como una joya.
Asimismo, planifica obras emergentes para la capilla de San Luis, ubicada dentro del complejo de la Catedral Nueva de Cuenca, destruida tras el incendio ocurrido el año anterior.
Durante este año, el INPC pondrá en marcha el proyecto de manejo integral del patrimonio, en el cantón Sígsig.