Tugurios acogen gente sin ningún control
Un oscuro zaguán de seis metros de fondo es lo que Carlos Cajilima debe recorrer para llegar a un diminuto patio en donde una de sus vecinas utiliza la única lavandería que les sirve a 15 personas más. Algo parecido ocurre con un pequeño baño.
Un carbón sirvió para enumerar a los 11 pequeños cuartos, de nueve metros cuadrados, de una mediagua en donde viven más de 30 personas, en el sector de la Feria Libre.
Cajilima explicó que anteriormente residía en la zona de la Nueve de Octubre, en donde también existen cuartos con esas características y más económicos.
“Abajo cuestan $35, nosotros vinimos acá porque de allá está lejos la feria”, dijo.
Segundo Evas es otro de los que habitan en este espacio desde hace dos años. Su cuarto, que queda en la segunda planta, lo comparte con tres personas más. Este piso también cuenta con un baño y una lavandería que les sirve a otra decena de personas más.
Evas acomodó un pequeño colchón, cocineta y un cilindro de gas en el cuarto por el que inicialmente pagaba $45, pero ahora cancela $55. Este tipo de estructuras son conocidas en Cuenca como tugurios o conventillos. La gente vive en hacinamiento y en los alrededores de los mercados.
Ello debido a la necesidad de estar cerca de sus sitios de trabajo. En el artículo tres de la Ley de Inquilinato, se establece que los locales deben prestar condiciones y características específicas para ser arrendados. Además, deben disponer de servicios higiénicos permanentes, ventilación suficiente e incluso deben estar desinfectados.
Sin embargo, no existe una norma ni entidad que controle o regule el incumplimiento de estas disposiciones.
María Eugenia Novillo, jueza de Inquilinato, indicó que los tugurios no son sitios aptos para arrendar, porque no ofrecen condiciones favorables. “Se debería controlar estos sitios y tendría que hacerlo una oficina específica en el Municipio, pero no la hay”, dijo.
Hasta la fecha en ese juzgado se han iniciado cerca de 300 juicios, de los cuales el 70% han sido por falta de pagos.
Empero no hay causas en las que los inquilinos hayan denunciado a los arrendatarios por no establecer condiciones favorables mínimas para vivir en un inmueble.