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El lunes las autoridades darán un informe más detallado de la recuperación de esta joya
Tras la pista de más piezas de R. Crespo
Una vez que se confirmó ayer el rescate de la corona de oro que perteneció al poeta Remigio Crespo Toral, las autoridades apuntan a recuperar otras piezas del escritor.
El alcalde de Cuenca, Marcelo Cabrera, sostuvo que se trata de la joya auténtica.
Si bien dijo que el lunes se dará mayores detalles a la ciudadanía, manifestó que el hallazgo es fruto de un trabajo silencioso.
“Estamos absolutamente seguros de que es la original”, recalcó.
Ahora, las autoridades recaban más información para dar con el paradero de otras piezas sustraídas el año pasado del museo que lleva el nombre del célebre jurista y exdiplomático.
“Les podemos asegurar que ahora la corona está en buenas manos”, manifestó el titular del Cabildo.
Según los historiadores, la corona de oro fue entregada en 1917 a Crespo Toral durante un acto especial que se realizó en la capital azuaya. Al evento asistieron autoridades del Gobierno de ese entonces, intelectuales azuayos y ciudadanos de diferentes cantones.
El fiscal del Azuay, Lizandro Martínez, expresó que el hallazgo de la joya forma parte del eslabón que se investiga.
“Si hubo una réplica, esta sigue desaparecida. Por lo tanto habrá que investigar dónde está y quién la tiene”, enfatizó.
De acuerdo a Martínez, fue necesario levantar un inventario en el museo del poeta y según como avanza van apareciendo algunas piezas y en otros casos no.
Debemos esperar la culminación de las investigaciones, acotó.
“Hay un trabajo adelantado y se han tomado varias versiones para seguir recuperando otros objetos”, dijo.
La autoridad anunció que posiblemente el lunes se muestre a los cuencanos y habitantes de otros cantones la corona que estaba desaparecida y que fue encontrada en una bóveda bancaria.
Forma parte de la historia
Crespo Toral es uno de los azuayos más emblemáticos. Estudiaba para obtener el título de abogado cuando fue electo diputado de la Convención Nacional (1883).
Además, desempeñó diversos cargos diplomáticos en América y Europa.
El gobierno liberal de Leonidas Plaza lo nombró abogado consultor de la Legación ecuatoriana en Perú y España.
Como escritor, sus principales obras son: Mi poema (1898), Últimos pensamientos de Bolívar (1899), Amor y dolor de poesía (1917), Apuntes Autobiográficos (1909), La leyenda de Hernán (1917) y Plegaria (1934).
En la academia se desempeñó como rector de la Universidad de Cuenca (1925-1939) y Director de Estudios del Azuay (1894).
El nombre o la imagen de Remigio Crespo aparecen en el museo instalado en la casa donde vivió, en una calle de la Atenas del Ecuador, y su estatua ubicada en la avenida Solano.
Asimismo existe una parroquia rural identificada en su honor, una escuela y un centro de bellas artes, todos situados en la capital de los azuayos. (I)