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Toxina botulínica ayuda a 80 menores con parálisis

Durante las  tres jornadas de la campaña se ha inoculado la sustancia  a  80 pacientes de todo el país. Foto: Cortesía
Durante las tres jornadas de la campaña se ha inoculado la sustancia a 80 pacientes de todo el país. Foto: Cortesía
21 de junio de 2014 - 00:00

Unos 36 menores de edad con parálisis cerebral infantil han mejorado su condición con la aplicación de la toxina botulínica, dentro de la tercera jornada de inoculación que se realizó en el hospital Vicente Corral Moscoso, de Cuenca.

El tratamiento no tiene costo para niños y niñas que padecen de estos problemas.

Durante las tres jornadas de la campaña se ha infiltrado a 80 pacientes de todo el país.

Según Francisco Ochoa, médico del Centro de Rehabilitación Integral Especializado (CRIE), entidad del Ministerio de Salud Pública, esta es la única unidad especializada a nivel nacional que brinda este tratamiento.

Explicó que si se lo efectuara en un centro asistencial del sector privado tendría un costo de $ 2 mil por paciente.

Juan Pablo Aguilera, coordinador técnico del nosocomio, explicó que esta sustancia les ayuda a los menores a mejorar su calidad de vida, devolviéndoles la funcionalidad de sus miembros afectados por su discapacidad, sean estos inferiores o superiores.

Señaló que luego de la aplicación los pacientes deberán continuar el tratamiento de rehabilitación en el CRIE y que en caso de ser necesario se les volverá a aplicar la medicina en una cuarta jornada, con el objetivo de que recuperen la movilidad de brazos o piernas.

“La función de la toxina botulínica o bótox es provocar una parálisis flácida, es decir, relajar el músculo y evitar que haya deformidad con el tiempo”, explicó el especialista.

Mejoras en pacientes

A la hija de Abigaíl Albarracín, de seis años, quien tiene una discapacidad física, se le está infiltrando la toxina para evitar la cirugía y pueda caminar.

Por segunda ocasión le practicaron el tratamiento y según su madre ha visto mejoría en la menor.

“Ella antes no se podía mover, pero ahora ya está mucho mejor, incluso ya está caminando”, dijo Albarracín.

Andrés Arévalo, quien acudió al Vicente Corral Moscoso, junto con su esposa y su niña, que igualmente padece de parálisis cerebral infantil y no puede caminar, señaló que al enterarse de otros casos, en los que los menores han mejorado, mantiene la esperanza de que su hija también se recupere.

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