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Todos Santos conserva su iglesia de 166 años

La iglesia de Todos Santos se levanta en la Calle Larga y es parte del Patrimonio Cultural de Cuenca
La iglesia de Todos Santos se levanta en la Calle Larga y es parte del Patrimonio Cultural de Cuenca
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El barrio Todos Santos fue considerado el primer asentamiento español de Cuenca, es conocido también como el barrio de las panaderías, allí se elaboran los únicos panes en horno de leña de la ciudad.

A mitad de la Calle Larga, en los límites del centro histórico, es imposible que no llame la atención su iglesia, especialmente por tener en frente una de las cruces urbanas de la ciudad, la cual antaño sirvió como hito limítrofe de la ciudad. Esta cruz se destaca por su tamaño y antigüedad.

En el hoy llamado barrio Todos Santos, en principio existía un templo, donde los indígenas tenían su centro ceremonial, denominado Ermita del Usno, que significa “piedra sobresaliente en una colina”. Con la llegada de los españoles, sobre las ruinas de este templo se construyó la capilla de San Marcos que serviría como un oratorio provisional mientras se construía la iglesia parroquial.

En 1850, por mandato del obispo Miguel León Garrido, se construyó la ahora llamada iglesia de Todos Santos, pero ¿por qué decidieron llamarla así? La historia cuenta que se le atribuyó ese nombre, debido a la variedad de imágenes religiosas que existían en el templo.

Sin desastres no hay historia

El domingo 30 de octubre de 2005, aproximadamente a la 01:56 de la madrugada, los cables viejos y la madera con la que fue construida la iglesia fueron los elementos perfectos para desatar un incendio que dejó graves secuelas en su estructura, así como para las monjas que vivían en el lugar.

La hermana Ruth Murquincho, que se encuentra a cargo de la iglesia, recuerda esos duros momentos que tuvieron que pasar. “Fue algo lamentable porque cobró la vida de una de las hermanas, todas dormían y cuando se dieron cuenta del incendio fue por los vecinos que vieron el humo y las llamas, ya no se pudo hacer nada por la hermana y esto es algo doloroso de recordar”, dijo la religiosa.

Como una especie de mala suerte, 2 años después de este suceso, la iglesia vuelve a sufrir otro incendio por las mismas razones del primer desastre, sin embargo, esta vez no hubo pérdidas humanas, pero sí hubo destrucción de la edificación.

En la iglesia existían cuadros que tenían mucho valor sentimental e histórico para la comunidad de las hermanas Oblatas, esto se debía a que los cuadros habían sido su compañía durante mucho tiempo.

En la actualidad algunos de los cuadros se encuentran en los museos de Cuenca y otros muy bien guardados.

Margarita Pérez, quien oficia de guía en la iglesia, explica que para restaurar los cuadros se necesitan miles de dólares y la comunidad no cuenta con ese presupuesto, “hasta el día de hoy solo se ha podido restaurar 2 cuadros gracias a las personas que han apadrinado cada pintura”.

Después de lo sucedido en la iglesia, la hermana Ruth sostiene que todas las religiosas que viven en el templo tienen miedo de que algo como esto vuelva a ocurrir “un incendio ya nos quitó a la hermana Julia, alguien muy querida en nuestra comunidad y no podemos permitir que esto vuelva a pasar por lo que hemos tomado las medidas adecuadas, aunque el miedo sigue en muchas de nosotras”.

Tras los incendios, las religiosas oblatas presentaron una propuesta a las autoridades municipales para la restauración del complejo y fue así como, a través de la Fundación Conservarte Ecuador, se gestionaron los fondos para poner en marcha el proyecto. Con el apoyo económico de la World Monuments Fund y la Embajada de los Estados Unidos, como también de la Municipalidad de Cuenca, en 2010 se iniciaron los trabajos de restauración.

En la actualidad se ofrece a los turistas un recorrido por sus instalaciones. Este comienza con una explicación de la cruz, luego se visita el cementerio que se encuentra al ingreso del templo y donde reposan los restos de las monjas que habitaron este lugar. En el sitio se pude conocer el horno de leña más antiguo de Cuenca y que aún sirve para elaborar pan.

Un barrio con el pan tradicional

Además de su atractivo que es la iglesia, este barrio se ha convertido en el lugar perfecto para comprar el pan de horno de leña.

Los propios cuencanos y turistas, en especial de la Costa, llegan hasta este sitio para llevar “pan calientito”.

Uno de los panaderos más antiguos es Alejandro Arias, quien heredó de Mercedes Quinde este oficio y desde entonces ha seguido con la tradición de elaborar diferentes clases de panes, como: mestizos, rodillas de Cristo, panes de huevo, pan blanco, galleta de manteca, entre otros. Arias posee 3 hornos de leña en su propia casa, lo que la convierte en la única edificación de Cuenca con esta ventaja. (I)

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