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Tababela cambia la rutina de los ejecutivos y viajeros cuencanos

Tababela  cambia la rutina de los ejecutivos y viajeros cuencanos
20 de mayo de 2013 - 00:00

La apertura del Aeropuerto de Tababela obligó a los pasajeros cuencanos a cambiar sus rutinas. Por ejemplo, los empresarios  ahora prefieren realizar videoconferencias y no arriesgarse a  viajar a causa de los constantes cierres del aeródromo capitalino por el mal clima.

Según el director de la Corporación Aeroportuaria  en Cuenca, Juan Ignacio Ordóñez, en  2012 pasaron por la terminal azuaya 600 mil pasajeros, de los cuales el 80% viajó a Quito en vuelos de ida y vuelta.

Hasta abril de este año  se  realizaron  unos 60 vuelos semanales y desde la semana pasada hubo 90, de los cuales     30   con destino a Guayaquil  y  60 a  Quito.

No obstante, la distancia del nuevo aeropuerto a la ciudad, la operatividad y el  clima son, según Ordóñez, los factores que complican el   funcionamiento en Tababela, lo que habría hecho que tras la apertura hubiera una reducción de viajes a la capital. “Sin embargo, tras un par de meses, estos factores se superan. Las personas comenzaron a  viajar en las noches para volver al día siguiente, porque los negocios no pueden parar”, dijo el funcionario. 

A ello se suman los ajustes  que han   realizado las agencias de viaje en sus horarios. En el caso de Cuenca, actualmente existen dos vuelos a las 06:10, lo que, según Ordóñez,  permitirá a los pasajeros   estar en  el aeropuerto quiteño a eso de las  07:30. Y lo mismo sucedió  con los horarios de la noche.

El director de la corporación añadió que el inconveniente más fuerte con respecto a  Tababela es el tema meteorológico. Y  consideró que los correctivos deben llegar  de parte de la misma terminal a nivel tecnológico con un sistema de aeronavegación. “No existe ningún sistema del mundo que pueda asegurar un 100% de operación en condiciones  adversas, pero sí equipos que pueden  ayudar en temas de aterrizaje y despegue”, sostuvo.

Lo mismo afirmó Andrés Robalino, vicepresidente de la Cámara de Industria de Cuenca, entidad que envió una solicitud a la Dirección General de Aviación Civil   (DGAC), para que  controle el tema de los retrasos.  “No tienen el control en las cuestiones climáticas; sin embargo, la solicitud es para que presenten  algún tipo de alternativa tecnológica relacionada con el clima”, aseguró.

Restricción de viajes

Antes del funcionamiento del nuevo aeropuerto, según Robalino,  los miembros de la Cámara de Industrias se trasladaban mínimo una vez a la semana a Quito. Pero desde su inauguración   no han viajado. “Ahora tratamos de que las Cámaras que están allá  o el mismo Comité  Empresarial nos representen por el tema de retrasos, tiempo y los costos que significarían viajar la noche previa a la cita”, afirmó.

Ante esta situación, también han adoptado  nuevas alternativas de comunicación,  como las videoconferencias.  Pero  a pesar de estas soluciones   se debe realizar un  análisis completo sobre el efecto  del  nuevo aeropuerto  en el país, para  buscar formas para reducir los factores de  clima, distancia y movilización, manifestó.

Hay 11 viajes diarios desde Cuenca hasta Quito  y  los pasajeros  frecuentes consideran que, por ahora, la única opción para superar los inconvenientes  es adelantar los vuelos a pesar de que   representan un aumento  en los  gastos.
Juan Vázquez trabaja en una empresa privada y  viaja  dos  o tres veces al mes de Quito a Cuenca.

Desde que empezó a operar el nuevo aeropuerto    le han suspendido dos vuelos. “A eso súmele los constantes  retrasos, en los  que no hablamos de minutos u horas, sino  de una mañana;  y con la suspensión de los vuelos, un día entero”, reclamó. 

Pasajeros consultados dijeron que siempre han existido  retrasos, pero que  en los últimos meses   han sido constantes y más  prolongados. “Hablamos  de 45 minutos a una hora”, afirmó Isabel Rueda, quien viaja dos veces al mes entre las ciudades. Para ella,  el principal inconveniente es la distancia de Quito al nuevo aeropuerto.  “Hoy tuve que   levantarme a las 03:30  para tomar el vuelo de las 07:30 para venir   acá (Cuenca). Y lo mismo sucede con el retorno,  los viernes; debería llegar a  las 08:30, pero en realidad mínimo llegó a la casa a las 11:30”, afirmó.

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