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Ecuador, 11 de Febrero de 2025
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El Telégrafo

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Actualmente la mujer trabaja en la Fiscalía en la ciudad de Machala

Sisa Yallico luchó para mantener su vestimenta indígena en El Oro

Sisa Pacha trabaja en la Fiscalía de la provincia de El Oro. Ella utiliza su propia vestimenta, pese al calor de la Costa, pero señala que primero está su identidad. Foto: Fabricio Cruz / El Telégrafo
Sisa Pacha trabaja en la Fiscalía de la provincia de El Oro. Ella utiliza su propia vestimenta, pese al calor de la Costa, pero señala que primero está su identidad. Foto: Fabricio Cruz / El Telégrafo
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Ocho de la mañana, la prisa por llegar a las oficinas de la Fiscalía de El Oro no es de uno solo. El saco y la corbata son lo más común que se puede ver entre la vestimenta de los trabajadores, pero también las damas visten elegantemente.

Entre el personal que ingresa hay alguien que llama la atención: se trata de Sisa Pacha Yallico Yumbay, una joven de 26 años quien muy orgullosa viste un anaco (falda), el chumbi (cinturón bordado) y todas la vestimenta de la cultura indígena, para ir a laborar en la institución pública.

La mujer es oriunda del páramo de la provincia de Bolívar. Se graduó de abogada en la Universidad Técnica de Machala (Utmach) y concursó para ser secretaria de fiscales en El Oro, ganándose el puesto por méritos propios.

Sin embargo, 14 años atrás, la madre de Sisa, María Marcela Yumbay, hizo historia en Machala al luchar para que su hija sea aceptada con la vestimenta tradicional de su cultura, en uno de los colegios de la ciudad.

María recuerda el día en que su hija le pidió ir al colegio con la vestimenta propia de su cultura. “Ella tenía 11 años y me preguntó el porqué de su nombre, yo le dije que es por la Madre tierra (Pacha Mama), porque somos indígenas, entonces  me dijo que quería asistir con sus anacos al colegio”, relató Marcela.

Ella matriculó a su hija en el colegio Ismael Pérez Pazmiño. El primer día de clases, recuerda muy bien, ya que la vistió con el anaco de terciopelo y zapatitos negros, toda la vestimenta de blanco, tal como era el color del uniforme del establecimiento educativo.

“La acompañé en su primer día al colegio, cuando llegamos estaban formados los estudiantes y profesores, todos nos quedaron mirando, le dije al vicerrector de ese entonces que Sisa iba a asistir así, con la vestimenta de nuestra cultura. El señor (vicerrector) me dijo que mi hija no podía presentarse de esa forma, porque aquí (colegio) iban a invadir los hippies dijo el señor”, aseveró la madre.

Debido a la negativa del colegio, Marcela acudió junto con su hija a la Defensoría del Pueblo de Machala, para poner una denuncia de discriminación.

La noticia corrió por toda la ciudad, los medios de comunicación se hicieron eco de lo que había pasado con Sisa, pues era el primer caso que se daba en El Oro de exclusión a una estudiante debido a su vestimenta.

Marcela aún mantiene los recortes y fotos de los medios que difundieron este caso, que incluso llegó hasta el Congreso Nacional, de ese entonces. El diputado por Bolívar, Gilberto Talagua, apoyó a Sisa para que sea aceptada en el colegio machaleño.

Luego de una lucha que duró aproximadamente 2 semanas, la estudiante pudo ingresar a clases ganándose la aceptación de sus compañeros, según Sisa.

La joven contó con orgullo, que hizo historia en Machala al hacer respetar sus derechos. “El año lectivo 2001-2002 era una época donde había muchos paros y los derechos de los indígenas no eran muy respetados. No como ahora que la constitución nos ampara”, dijo la joven profesional.

Asegura que fue muy difícil llevar la vestimenta autóctona de su cultura en una ciudad de la costa, donde aún existe prejuicio por llevar anacos y sobre todo por los comentarios que siempre despierta un sector de la sociedad.

En su trabajo le muestran respeto y admiración

Ahora, en la Fiscalía de El Oro Sisa se ha ganado el aprecio de todos sus compañeros ya que es una de las primeras personas en llevar su identidad cultural en una institución pública de la provincia fronteriza.

Sisa asegura que en El Oro existen indígenas que están perdiendo su identidad: desde su lengua materna e incluso su propia vestimenta. Pues algunos ya no usan el atuendo completo. “Los hombres, por ejemplo, han dejado los pantalones de basta ancha con bordados a los lados y la mayoría que habitan en Machala han optado por cortase la trenza”, dijo la profesional del Derecho.

La joven reconoce que la pérdida de esta identidad no es de ahora, viene desde hace algunos años y en muchos de los casos tiene influencias extranjeras ya que estas se han introducido muy fuerte en todos los países, incluido el Ecuador; sin embargo, ella mantiene su vestimenta completa y dice que lo hará toda la vida.

Para Sisa, más allá del calor de la Costa, está su cultura. No se complica en su trabajo, al contrario, señala que su vestimenta es admirada por muchas personas que la visitan diariamente en su oficina. La abogada ha roto viejas prácticas, incluso de desprecio, que se daban en la tierra donde vive actualmente. Ella hizo un llamado a las personas de su cultura o de otras de la serranía a que no abandonen sus tradiciones ya que eso les da mayor identidad.

Ejemplo de superación en tierra ajena

La familia de Marcela Yumbay es un ejemplo de superación en Machala, pese a no ser nativos de la ciudad, han logrado hacer su patrimonio y educar a 5 hijos: Jenny, Elizabeth, Sisa, César y Julio Yallico Yumbay. La mayor, Jenny, está terminando de estudiar; la segunda, Elizabeth, es Ingeniera Civil; la tercera, Sisa, es abogada; el cuarto, César, está estudiando Eléctrica en Potencia y el último, Julio, becado está preparándose en Ciencias Políticas en la universidad San Francisco de Quito, gracias a una beca. (F)

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