La historia de Loja se rescata desde hace 3 años mediante una Ordenanza Municipal que permite transcribir documentos que datan desde el año 1600. Hasta el momento se han copiado 26 libros de 100 y 200 folios cada uno. El trabajo empieza con un tratamiento a los textos rescatados del Archivo General, luego se fotocopian y se hacen las transcripciones. Cada libro cuenta con una ficha, en la que consta el resumen, tipo de documento, un tema abreviado de los folios y se resalta a los personajes importantes del texto, para facilitar la investigación.

Eliana Armijos, funcionaria del Archivo, comenta que antes de la transcripción, los encargados de esta tarea se capacitan en paleografía, en archivos, para entender los contenidos. “Hemos hallado escritos en latín, o que la letra no es legible. En ese momento compartimos entre todos para entender y continuar con nuestra labor. La meta diaria es transcribir 10 folios”, explicó.

El Archivo Histórico dispone de 520 libros, 203 boletines, 44 registros, 57 mapas, 8.804 fotografías, 116 actas catastrales. También cuenta con una base de datos de más de 1.660 personajes.
Muchas personas se identifican con el Archivo, tal es el caso de la Asociación Guardianes de la Memoria, agrupación conformada por 20 personas y vinculada a la institución, con quienes el trabajo es diario. Adicional a ellos, se labora con colegios en el tema de lojanidades. A esta iniciativa se han unido los establecimientos educativos Ateneo, Amauta y San Gerardo. “La idea es incrementar la materia Historia de Loja en la malla curricular”, según comenta Armijos.

Cada 2 o 3 meses el Archivo Histórico realiza exposiciones de los hallazgos, pero se han creado también otras iniciativas didácticas producto de la investigación realizada en este centro que luce conservado, ordenado y a la vista del público. “La mejor política nace del entendimiento, este es un espacio dedicado a la investigación, conservación y difusión”, resaltó José Carlos Arias, coordinador del Archivo Histórico de Loja.

Eventos paralelos

El trabajo desplegado por la institución se refleja en resultados como la elaboración del libro Loja Histórica, que es fruto del Congreso Internacional de Historiadores efectuado en la ciudad en junio de 2015. La obra recoge las ponencias de los 26 historiadores que participaron en esta cita.

También se efectuó la exposición Entre Palabras y Juguetes, con una muestra que data del año 1868 y estaba en la ciudad en calidad de préstamo por parte de la Pontificia Universidad Católica de Quito. Dicha casa de estudios durante una investigación recogió juguetes en Costa Rica, México y Guatemala, a esto se sumaron los objetos pertenecientes a familias lojanas, quienes donaron, entre otros artículos, muñecas de trapo, porcelana y caucho, carros y aviones de madera, máquinas de coser, títeres, trompos, entre otros. Incluso se exhibió un triciclo del año 1900.

“El conocimiento de la Historia es condición indispensable para no caer en prejuicios y ubicarnos en el tiempo y espacio que fue narrada. Se constituye en la mejor plataforma para abordar una crítica sólida”, señaló Arias. (I)