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Ruido y basura afectan al barrio Virgen de Fátima

Ruido y basura afectan al barrio Virgen de Fátima
10 de noviembre de 2013 - 00:00

El barrio Virgen de Fátima, ubicado al sur de la ciudad, en la parroquia Yanuncay, era  el ingreso obligado para todos los que llegaban a Cuenca desde  Loja.

Paulatinamente fue extendiéndose y las familias multiplicándose, lo cual ha traído serios problemas a la población.

Actualmente existen unas 900 viviendas, en donde según sus moradores, viven de dos a tres familias.

Sus habitantes de  manera voluntaria emprenden actividades para fortalecer  la relación de amistad entre los vecinos.

Desde hace tres años iniciaron su integración con una directiva, pero recién hace 48 meses obtuvieron la  personería jurídica.Todo esto según María Isabel Mejía, presidenta del barrio, a raíz de algunos inconvenientes.

Por ello, decidieron promover  diferentes actividades. La dirigencia elaboró  un plan anual de eventos  deportivos, culturales, y religiosos.

“Un grupo se inclina por el deporte, otros por las danzas  o manualidades. Tenemos varias actividades porque se trata de llegar a todas las personas y a todos los gustos”, dijo Mejía.

Por ejemplo, Carlos Segovia, quién vive desde hace 20 años aunque no juega, es uno de los que permanentemente acude a apoyar al equipo. en el “Mundialito de los Pobres”. Asegura que son la  barra más fiel de la ciudad y por ello recibieron el primer premio.

“Reconocieron el esfuerzo de la directiva y la organización de todos”, manifestó.

Conjuntamente con el párroco del barrio, Paúl Jara,  promueven la integración de los moradores. Es así que  en  las eucaristías disponen de un espacio para mantenerse informados.

Desde su unión, han superado varios inconvenientes, sin embargo a pesar de las gestiones y reuniones  con autoridades  municipales aún no logran vencer  su principal problema: el ruido y la basura.

Camales, un problema

En el sector existen unos 18 camales ilegales. Los habitantes han tenido que vivir con con el ruido provocados por los animales, los malos olores y la bulla a distintas horas de la madrugada.

Sus moradores indicaron  que enviaron oficios a las autoridades, convocaron a asambleas, incluso han hablado con los dueños de las camales,  pero lo único que han conseguido es la clausura temporal.

La presidenta del barrio señaló que  han mantenido reuniones con el gerente de la Empresa Municipal de Rastro y Plaza de Ganado (Emurplag), Teodoro Marín  para que los propietarios de estos sitos utilicen las instalaciones del camal municipal. Según el funcionario, de no cumplirse con las normas de higiene,   conjuntamente con  Agrocalidad realizaran el cierre definitivo de estos sitios.

“Anteriormente protestaban porque no  existía este servicio,  pero actualmente ya lo tenemos   y no hay justificación para seguir faenando en viviendas”, precisó.

A este inconveniente, otros moradores señalaron que se suma el de la vía principal. “Es una calle angosta y de doble vía”, dijo Fabiola Figueroa.

La situación se complica en horas de la mañana, cuando los vehículos que transportan la carne de los camales  se ubican en la veredas, dificultando el paso y generando caos vehicular.

“La solicitud para que se haga una sola vía está”, dijo Figueroa, quien acotó que continuarán unidos  hasta superar todos sus inconvenientes.

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