El gobernador de la provincia de Azuay, Xavier Enderica, denunció que más de 2.600 tacos de dinamita fueron sustraídos por los manifestantes, el anterior 8 de mayo, cuando intentaron tomarse el campamento minero de Río Blanco, en el cantón Cuenca.

Enderica exigió la devolución de los explosivos por seguridad de la población, que no está solo en el campamento, sino en otros sectores de la parroquia Molleturo.

“La empresa minera cuenta con 2,3 toneladas de dinamita con la respectiva autorización”, dijo el funcionario, quien además contó que se ha recuperado parte del material tomado por los comuneros.

Las investigaciones para encontrar la totalidad del lote continúan, según los funcionarios de la gobernación.

“No está en riesgo un campamento, está en riesgo la población, son los niños, son las mujeres, son los ciudadanos de Molleturo y eso es lo que en verdad nos preocupa”, dijo Enderica en declaraciones a los medios de comunicación.

Yaku (Carlos) Pérez Guartambel, presidente de la organización Ecuarunari, calificó de falsas imputaciones las declaraciones de Enderica y dijo que no se puede inculpar a “una población inocente”.

“Lo que en realidad buscan es justificar la militarización del sitio”, enfatizó el dirigente social.

En tanto, el fin de semana en Cuenca, cerca de 500 personas, entre comuneros y activistas de varias provincias del país, quienes están en contra de la minería metálica, se reunieron para declarar a Ecuador “libre de proyectos  que afecten los páramos la biodiversidad y la calidad del agua”.

Los asistentes planificaron una marcha nacional que durará 11 días y que se desarrollará desde el 30 de julio hasta el 10 de agosto. (I)