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Proyecto lojano busca recuperar la cascarilla
Diez plantas de cascarilla fueron descubiertas en el sendero Uritusinga, cantón Loja. Esta ruta es parte del proyecto con el que trabaja el Archivo Histórico del Municipio para rescatar este vegetal. La bondad curativa de la planta hizo despuntar a Loja a escala mundial.
Según Hugo Martínez, integrante del grupo de Guardianes de la Memoria del Archivo, en 1638, Pedro de Leiva, cacique de Rumishitana, entregó la corteza de la cascarilla a un sacerdote jesuita que llevó a Lima, y con ella hicieron una infusión para curar a la condesa de Chinchón que sufría de paludismo. A raíz de esta curación se dio origen a la fama mundial de la cascarilla.
El proyecto para recuperar esta planta tiene 3 fases. La primera es la investigación de fuentes primarias y secundarias que tienen en el Archivo Histórico. La segunda es descubrir personalmente lo que queda de la planta y por ello se planificaron expediciones a 4 rutas diferentes. Estos caminos son Uritusinga, Cajanuma, Rumishitana y Yamba.
En cada sitio se entabla contactos con las personas que ayudan con información y conocen los sitios donde hay árboles de cascarilla. La idea es catalogar como un bien patrimonial a los que han sido encontrados y comprometer a los visitantes a que apadrinen uno de ellos con el fin de preservarlos.
La tercera fase es una exposición del proyecto, prevista para septiembre, con los resultados de las investigaciones y expediciones ejecutadas.
Según, José Carlos Arias, coordinador del Archivo Histórico, durante 30 años Loja fue la “farmacia” del mundo y salvó muchas vidas del paludismo, sobre todo en Europa. “No se puede estar dormido y debemos rescatar lo poco que queda”, expresó.
En el mapa de la cascarilla de 1769, se localizan 59 lugares donde crecían estas plantas, de los cuales aún existen 37 y se tiene información de cada uno de ellos.
David Murillo, alumno del colegio Bernardo Valdivieso, destacó el trabajo que se realiza para investigar y conocer más de esta planta.
Una de las metas del grupo Guardianes de la Memoria es rescatar la cascarilla y crear viveros, donde se puedan reproducir para luego sembrarlos en los lugares específicos y que vayan creciendo, poco a poco, de acuerdo con las condiciones de la tierra y el clima. (I)