Sus implementos de trabajo son un pito, un martillo y betún. No necesitan arreglarse sino, más bien, ponerse cómodas para enfrentarse al diario vivir de su actividades.

La palabra limitante no está dentro de la filosofía de vida de 3 mujeres a las que las fuerzas no les faltan para desarrollar trabajos considerados poco comúnes en damas.

Giovanna Paredes, una cuencana de 42 años, comenta que hoy en día el rol de la mujer es fundamental en la sociedad, más aún si se trata de colaborar con la seguridad vial en Cuenca.

Desde hace 10 meses forma parte de los Agentes Civiles de Tránsito de la Empresa Municipal de Movilidad (EMOV), lo que llena completamente sus expectativas porque “nos sentimos capaces de desempeñar roles, incluso mucho mejor que los hombres, porque desde mi punto de vista, las mujeres somos mucho más empeñosas y más emprendedoras", confiesa.

Aunque ha percibido la resistencia de ciertos miembros de la sociedad por la labor que desempeña, cree que la mayoría de personas la apoyan, al igual que a sus 56 compañeras en la institución municipal, pues, acota, “hoy la mentalidad de las mujeres es muy amplia”.

Así, Giovanna intenta ser un ejemplo de perseverancia, colaboración y sacrificio para sus 5 hijos y una nieta de 6 meses que son su inspiración.

Mientras que a Lucila Morocho ni la discriminación, ni las quemaduras, ni los golpes le han impedido ser, por más de 25 años, una maestra herrera. A su negocio, ubicado en la calle de Las Herrerías, han llegado varias personas y preguntado dónde se encuentra el maestro, “y no creen que el maestro sea yo”.

Con su martillo y fuertes golpes sobre el hierro ha forjado barretas, adornos y otros artículos, con la misma fuerza con la que ha ido forjando su vida y también las de sus 7 hijos. Aprendió el oficio de su esposo y asegura que no es una tarea fácil ni para hombres y peor para mujeres, sin embargo ‘nada vence’, según Lucila. “Si Dios nos dio vida y salud, solo es cuestión de dedicarse, porque cuando uno quiere hacer algo, uno puede lograrlo”, dijo.

Al igual que Lucila, Blanca Gonzáles de 67 años, aprendió el oficio de sus esposo, quien le heredó una silla y un cajón para cepillar zapatos. Junto a la iglesia de San Blas lleva más de 20 años limpiando calzados. Ella asegura ser una de las primeras y últimas mujeres ‘betuneras’ de la ciudad, “porque las muchachas de ahora sienten vergüenza de hacer esto”, comentó.

Ha sentido como una desventaja, durante todos estos años, al momento de cobrar a sus clientes, pues considera que algunos se portan mal “y son muy groseros. Eso que uno solo les cobra 50 centavos”.

Para ella, antes el varón debía dedicarse a las labores de fuerza y las mujeres en actividades sencillas, sin embargo, “hoy en día las mujercitas no se dejan de nada y pueden hacer todo lo que se propongan”, mencionó.

Datos

En 1977 la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 8 de marzo como Día Internacional de los Derechos de la Mujer.

En esta fecha grupos femeninos en todo el mundo celebran la lucha de la mujer por su participación, para desarrollar la igualdad con el hombre en la sociedad.

Diferentes eventos como marchas se realizan hoy en varias ciudades a nivel mundial en conmemoración a esta fecha.

La idea de un Día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX.