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El Telégrafo
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Otro violento crimen, esta vez de ancianos en Azuay

Otro violento crimen, esta vez de ancianos en Azuay
14 de julio de 2012 - 00:00

La Fiscalía del Azuay y la Policía investigan el brutal crimen de dos personas de la tercera edad en el cantón Sigsig.
Luis Ángel Carpio, de 88 años, y su esposa María Florinda Brito, de 86, fueron encontrados sin vida amarrados en el interior de su casa.

Él presentaba en la cabeza un profundo orificio, al parecer, provocado por un pico de los usados para cavar la tierra.  El cuerpo de la mujer, en cambio, estaba en el piso con las manos y pies atados con una soga.

Germán Cevallos, jefe de la Policía Judicial, aseguró que los octogenarios fueron asesinados con mucha violencia.
Respecto a las posibles causas, no hay pistas claras, pero se sospecha que el móvil pudo ser el robo, pues las pertenencias de la pareja estaban regadas en el piso al momento que ingresaron los uniformados.

Mientras tanto, continúan sin mayores resultados las investigaciones para hallar a los autores materiales e intelectuales del crimen de una menor de 14 años, cuyo hecho conmocionó a la capital azuaya.

La niña llamada Mayra fue encontrada a inicios de esta semana  en una de las quebradas del sector de  Sinincay.
Su cuerpo tenía huellas  de haber sido maltratado, quemado y sus manos estaban amarradas.

El presidente de la junta parroquial de Sinincay, Wilson Álvarez, hizo un llamado a las autoridades para que tomen el control en esta barriada, pues a decir del dirigente existen pandillas y también jóvenes que se han dedicado al consumo de la droga.

A pesar de ya haber sido sepultada, los familiares pidieron a las autoridades que no dejen el caso en la inpunidad.

“Estamos hablando de que un demente está suelto en la ciudad y no queremos que más personas inocentes caigan en manos de estos delincuentes”, dijo un allegado a la víctima.

La Fiscalía inició las investigaciones correspondientes y uno de los pocos indicios que tienen es la última llamada de la pequeña a su madre pidiendo auxilio desde su teléfono celular. La población azuaya está conmocionada por estos tres crímenes.

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