Otro camal orense es cerrado por insalubre
La Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad del Agro (Agrocalidad) clausuró el camal municipal de Santa Rosa.
Este sería el segundo sitio de faenamiento de un cabildo orense que es cerrado, pues la semana pasada se tomó una medida similar en Portovelo.
El alto grado de insalubridad de las instalaciones es la causa principal de la disposición.
Los funcionarios de Agrocalidad, intervinieron a la 01:00. Ellos observaron que el proceso de faenamiento y escaldado de cerdos se lo realizaba en el piso.
Además que el área no cuenta con las condiciones higiénicas para realizar esa labor.
En el informe de suspensión de actividades se indica que el área de sacrificio de ganado bovino no cuenta con los equipos ni materiales adecuados.
Los técnicos observaron que las mesas están cubiertas de agua mezclada con sangre, presumiblemente de faenamientos anteriores.
Llegaron a esa conclusión ya que al momento de la inspección no se había utilizado esa sala.
Edison Andrade, coordinador de Agrocalidad en El Oro, expresó que desde la semana pasada se viene cumpliendo un plan de inspecciones a todos los camales de la provincia.
“Pudimos observar que este sitio no presentaba las condiciones para cumplir el despostamiento. Nos encontramos con restos de sangre, ganchos oxidados y pisos en condiciones deplorables”, aseveró.
Agregó que la clausura es indefinida hasta que no cumplan las normas y condiciones que establece la Ley de Sanidad Animal.
En el camal de Santa Rosa se faenan diariamente entre 15 y 20 vacas y de 8 a 12 cerdos.
“Todas las semanas vamos a inspeccionar al menos un centro con el fin de que le estén entregando una carne de calidad a los consumidores”, aseveró.
La semana pasada, en cambio, fue clausurado el camal municipal de Portovelo. Este sitio presentaba las mismas condiciones antihigiénicas que el de Santa Rosa.
El cierre también es indefinido y se espera por parte de la municipalidad que se trasladen a otro lugar, ya que el actual está cerca de un río donde los funcionarios comprobaron que se botan los desperdicios de los animales.