El Ecuador forma parte del grupo de 17 países calificados como megadiversos por el Centro de Monitoreo de la Conservación del Ambiente de las Naciones Unidas.

El término megadiversidad  se aplica a naciones ubicadas, en su mayor parte, en zonas tropicales, que en conjunto poseen más del 70% de la fauna y flora del planeta. En muchas ocasiones se trata de especies endémicas.

En el caso ecuatoriano, a estas extraordinarias características se suma el hecho de que en su  reducido territorio se han identificado 24 zonas de vida  que incluyen bosques tropicales secos y nublados, manglares, páramos y selvas lluviosas tropicales, que albergan la más espectacular biodiversidad, a tal punto que una hectárea del Yasuní aloja más especies de árboles que todas las que existen en Canadá y EE.UU., de igual forma, en ese mismo espacio coexisten cien mil especies de insectos.

La protección de esta  biodiversidad es política de Estado en el Ecuador actual. Los entes encargados de ejecutar las diversas acciones de protección y mitigación de efectos del cambio climático sobre las especies no solamente incluyen a las oficinas gubernamentales, sino también a la academia.

Justamente en esta tarea están empeñados varios centros de educación superior del sur del país. Las universidades Nacional (UNL) y Técnica Particular de Loja (UTPL) han trabajado, desde hace más de una década, con investigadores de universidades alemanas en varios proyectos sobre biodiversidad.

Tomando como base esta relación, el año pasado investigadores ecuatorianos iniciaron conversaciones tendentes a conformar un programa que agrupe y dé viabilidad a proyectos que involucren el estudio del cambio climático sobre la biodiversidad. Es así que en este año se creó la denominada “Plataforma para la investigación en biodiversidad y monitoreo en el sur del Ecuador”, conformada por instituciones ecuatorianas y alemanas.

Juan Pablo Suárez, coordinador científico del consorcio ecuatoriano e investigador de la UTPL, es uno de los responsables del trabajo que llevarán adelante la academia nacional y alemana.

Principales agentes del deterioro de los ecosistemas

La alteración del clima y el cambio en el uso de la tierra, junto con el aporte de nutrientes atmosféricos (particularmente nitrógeno) se consideran los principales agentes para el deterioro de los ecosistemas en el mundo. 

En los trópicos, la agricultura y ganadería le ganan cada vez más terreno a los bosques naturales, convirtiéndose en la principal amenaza para la biodiversidad, clave para garantizar servicios que los ecosistemas proveen, entre ellos el agua.