Un grupo de mujeres de la parroquia Buenavista, en el cantón Pasaje, provincia de El Oro, apostó por el emprendimiento. El pan y los pasteles son ahora su prioridad y lo que les permite mantener sus hogares.

Blanca Loja fue dependiente del Bono de Desarrollo Humano (BDH) y vivía junto a su familia en una casa muy alejada de la ciudad. Ahora, por iniciativa familiar, es una emprendedora, esto le ha permitido dejar atrás algunas necesidades, ya que los ingresos le ayudan a cubrir los gastos en el hogar.

Ella y su familia comenzaron con el proyecto de montar una panadería, pero antes averiguó y se asesoró sobre cómo obtener uno de los créditos que entrega el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) a las personas que perciben el bono y que desean comenzar un negocio para mejorar la economía doméstica. Fue así que Blanca presentó la documentación respectiva y aplicó para recibir un crédito de    $ 30 mil, destinado a herramientas de panificación.

“Valió la pena el tiempo que tuve que esperar, ahora tengo mi propio negocio familiar y puedo ayudar en mi hogar. Mis hijos ahora también trabajan aquí, antes laboraban solo por el jornal diario, cuando les llamaban en la finca. No tenían un trabajo estable”, contó la mujer.

Su panadería se llama Buenavista y está ubicada en la avenida Bolívar. Blanca, sus hijos César y Verónica Matute; y su nuera, Omayra Henríquez, son quienes están al frente de este nuevo emprendimiento.

Segundo Armijos, técnico del MIES, explicó que Blanca Loja recibía el bono por tener un miembro de su familia con discapacidad, de allí que se le apoyó para que cuente con su propio negocio y de esta forma continúe siendo el sustento de las personas que están a su alrededor y que dependen de ella en todas las necesidades.

“Tenemos a una persona que ha egresado del Bono de Desarrollo Humano, que es justamente el grupo prioritario al que debemos ayudar. Hemos entregado implementos con una inversión de cerca de $ 30 mil”, dijo el funcionario.

Así como ella existen 36 mujeres de la misma parroquia pasajeña que se han unido para aprender la elaboración de pan y pasteles. Su negocio está bien encaminado, ya que los clientes cada día van en aumento.

‘Nunca es tarde para aprender’, con este eslogan se motivan las emprendedoras de la ciudadela Mariana de Jesús, quienes participan todas las noches en una capacitación en panadería y pastelería, realizada por el Municipio de Pasaje.

En las primeras 2 semanas de taller han aprendido a elaborar 17 modelos de panes y 12 masas distintas. Jonathan Saldaña es el facilitador de la capacitación sobre panadería.

En las jornadas prácticas los asistentes han elaborado distintas clases de panes como: enrollados, cachitos, semas, panamito, palanqueta, panes alemanes y panes franceses.

“El trabajo se realiza en grupos de 3 personas, cada uno tiene oportunidad de amasar y preparar con sus manos la masa. Cada grupo tiene su cantidad de ingredientes para desarrollar el curso práctico”, señaló el facilitador.

Para Edison Recalde, uno de los asistentes, el taller no solo le ayuda a emprender un negocio, sino que también podrá realizar el pan en su propio hogar, para el consumo diario.

Martha Gonzaga es parte del grupo de mujeres emprendedoras, ella busca especializar sus conocimientos y piensan volver al negocio de este producto. “En mi caso, elaboro panes para toda mi familia”, dijo Manuela Brito.

El 90% de los emprendimientos son liderados por mujeres

En la parroquia Buenavista la actividad tradicional es la agrícola y ganadera. La producción de banano y cacao predomina. La población trabaja en los embarques de plátano y otros en comercio o servicios.

Por ello son las mujeres, amas de casa, quienes decidieron emprender algún negocio para ayudar a sustentar el hogar, tener nuevas opciones ocupacionales y promover el cambio de la matriz productiva, no solo en Buenavista, sino en las distintas parroquias y comunidades de El Oro.

Según datos del MIES, el 99% de los solicitantes de créditos invirtieron en actividades productivas como cría de animales, talleres de confección, tiendas y negocios ambulatorios. El 90% de quienes buscaron los créditos son mujeres y el 71% de los préstamos concedidos son de personas del sector rural de la provincia. En todos los casos la actividad productiva resultado del crédito involucra a toda la familia. (I)