Un renovado arte mural de Cuenca, corriente artística que tiene su identidad, llena de colorido, imaginación y mucha cuencanidad, se empieza a evidenciar en el espacio público de esta ciudad.

Allá por el año  2005, cuando con la dirección del artista-maestro Enrique Dávila Cobos, se plasmó el proyecto El Pase del Niño Chiquito, en una pared del tradicional barrio de la Loma de Cullca, ubicado en la parte noroccidental de la ciudad, se dieron los primeros pasos para destacar este arte en las calles que hoy es reforzado por la  muralista Cristina Quinde Herrera y la gestión cultural  de Jorge Álvarez Espinoza.

Con el paso de los años,  desde la Facultad de Artes de la Universidad Estatal surgen noveles valores plásticos, que en sus propuestas creativas plasman nuevas obras de Arte Mural, con mayores conocimientos académicos, originalidad innata y energía renovadora.

Con las nuevas iniciativas, los jóvenes artistas de Cuenca proponen romper viejos y caducos paradigmas culturales, al plasmar sus creaciones en espacios no convencionales, en barrios deprimidos y sectores periféricos de la urbe, algo nunca imaginado en otras épocas.

Las creaciones pictóricas de los muralistas contemporáneos en Cuenca tienen la firma de Cristina Quinde, Édgar León, Frank Siquiche, Luis Zhinín, María Belén Yánez, Bolívar Encalada, egresados unos, profesionales otros. Últimamente aparecen también otras propuestas de arte mural, en distintas técnicas, materiales y soportes, como fotografía, lona, cerámica y vidrio, impresiones algunas y trabajadas a mano otras.  

Al arte mural hay que dividirlo en tres grandes áreas o manifestaciones, señala Álvarez: el mural que expresa un mensaje, que surge de la interioridad propia del artista y puede reflejar ideales, valores o sentires; el mural decorativo; y el de  gran formato.

Como ejemplo están los tres murales que se encuentran en la pared del asilo de ancianos de Cristo Rey, pintados en más de 300 metros cuadrados por los muralistas anteriormente mencionados, señala Álvarez, agregando que allí se puede  encontrar mensaje y decoración del espacio público.  “Desmitificación del arte, desmitificar el arte, el hecho creativo, es posible hacerlo con el muralismo; que la ciudadanía en general pueda disfrutar en vivo”, indican los muralistas. 

En este marco  se hizo posible ejecutar diversos proyectos en el espacio público, tales como: Ruta turística de murales y Cuatro grandes obras pintadas a lo largo del paseo Tres de Noviembre, junto al río Tomebamba, que recrean visualmente la idiosincrasia local.    Posteriormente, entre agosto y octubre de 2012 se ejecutó el megaproyecto Identidad Visual en el Intercambiador de Tráfico de la Av. Ordóñez Lasso y Américas, con más de 360 metros cuadrados de pintura y cerámica, donde la mirada  se recrea, a través de “ventanas” imaginarias, que  permiten “conectarse” con tradiciones, costumbres y naturaleza propios de la cuencanidad.

“Cuenca ama su patrimonio, lo revaloriza y lo ensalza”, proyecto que  se compone de dos grandes obras (180 metros cuadrados) que contribuyen a recuperar la pared deteriorada de la escuela de las hermanas Oblatas.