En bicicleta, caminando o en vehículo, miles de peregrinos de distintas partes del Ecuador y del sur del Perú llegan al santuario de la Virgen de El Cisne, en la provincia de Loja, para cumplir con las promesas que le hacen a la “Churonita”.

Isabel Castillo, de 66 años de edad, oriunda de San Rosa (El Oro), comentó que desde hace 30 años visita a la Virgen para agradecerle los favores que le hace, y en los años que no ha podido viajar envía limosna con algún familiar o algún allegado para cumplir con su promesa.

Uno de los favores que le hizo es curarle de una enfermedad que tuvo en su vista. “Los ojos se me inflamaron y prácticamente ya no podía ver, así estuve por más de dos años. Ningún médico me sanaba, entonces  invoqué ayuda a la venerada imagen ofreciéndole una limosna y a la vuelta de medio año estuve curada”, narró la devota.

Todos los feligreses, principalmente quienes llegan caminando, van directamente al santuario, allí se arrodillan y le dan gracias a la Virgen por el milagro que les ha hecho.  Para estas festividades los moradores de la parroquia se prepararon para recibir a los fieles. Los acomodan en sus casas a los ciudadanos, algunos lo hacen gratis en honor a su santa patrona, otros  cobran desde $ 2 hasta $ 10 por noche.

En los hoteles los valores bordean los $ 15. Dependiendo de las comodidades una habitación puede llegar a costar $ 25. En esta fecha todo aprovechan para hacer negocio y lo que más se vende en El Cisne son las velas. Por ello 22 miembros de la Asociación Reina del Cisne instalaron 25 puestos alrededor de la Basílica para ofrecer este producto  a un precio de seis velas por $ 1.

El principal problema que tiene la parroquia son los escasos espacios para estacionar los automotores. Muchos dejan sus vehículos a 3 km de distancia. El pasaje desde Catamayo a El Cisne, si se contrata una camioneta, cuesta $ 15, máximo puede llevar 4 pasajeros y está prohibido que transporten personas en los baldes de las camionetas. El comisario de Policía de la provincia de Loja, Vladimir Ortega,  señaló que esto lo hacen con el fin de garantizar la seguridad de los peatones y transeúntes.  Ortega dijo que también multaron a una distribuidora de gas por vender a un cilindro a un valor de $ 2,50, cuando lo normal es $ 1,60.

Los controles continuarán con los 240 efectivos que han arribado al sitio para colaborar con la seguridad. En los próximos días llegarán más uniformados para laborar hasta el 17 de agosto, día en que empieza la peregrinación hasta la parroquia San Pedro de La Bendita, el 18 seguirá con su recorrido hasta Catamayo y el 20 llegará a Loja.

También desde Cuenca, en especial jóvenes, se  ve gente caminando o en bicicleta con dirección al santuario de El Cisne. Edwin Zumba, de 21 años, va por segunda vez, motivado por la fe que le tiene a la Virgen: “Partimos desde San Cristobal a  El Carmen de Sinincay,  luego a Azogues, preparamos todo con anticipación un mes”. En la mochila llevan agua, galletas, “algo ligero”, dijeron los chicos.

En las diferentes cooperativas los pasajes están a $ 6, por ello se espera que miles de personas viajen hoy en la noche. Mientras tanto, desde tempranas horas, en Machala, el  movimiento  en las cooperativas de transportes interprovinciales fue mayor.

En su mayoría buscaban un boleto para viajar a El Cisne. Ayer en la madrugada, aproximadamente 20 buses salieron llenos de pasajeros con  rumbo a ese destino, sin embargo, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) dijo no haber entregado  ningún tipo de autorización a las unidades  que efectúan el servicio urbano para   viajar hasta El Cisne. Para el efecto, la Jefatura de Tránsito controlará que el servicio de transporte urbano sea normal.

Marián Guamán, una joven universitaria, ha viajado todos los años desde que era niña. “En mi familia todos somos devotos de la Virgen del Cisne, nuestros padres nos han contado su historia y sus milagros. Por eso, siempre que vamos a trabajar o viajar, nos encomendamos a ella”, dijo la devota.