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Para el día de su cumpleaños la familia le prepara una gran fiesta
‘Mamita Leticia’ cumplirá 105 años en agosto, con la memoria y recuerdos intactos
Sobre el cajón de su cama guarda muchas envolturas vacías de caramelos, mientras que del otro lado, en una canasta, le quedan muchos dulces por degustar. Su hija y su nieta aseguran que es una golosa, aunque ella dice que tan solo disfruta de una o 2 golosinas en el día.
Rosa Leticia Maldonado es la persona más longeva del cantón El Pan (Azuay). Vive en la parroquia San Vicente y el próximo 12 de agosto cumplirá 105 años. A pesar de que con el tiempo transcurrido ha perdido la visión y la movilidad, ‘mamita Leticia’, como la llaman sus familiares, mantiene frescos los recuerdos en su memoria.
Los trabajos de minería en Collay (bosque protector), su controlada juventud y su vida de casada son algunos de los tantos momentos que guarda intactos.
A los 24 años contrajo matrimonio con Miguel Delgado, con quien afirma haber vivido sus mejores años, y conformó una gran familia de 9 hijos, 26 nietos, 42 bisnietos y 3 tataranietos.
Recuerda que junto a él realizaba trabajos de minería en los cerros del Collay, en donde pasó gran parte de su vida. Su esposo falleció hace ya cerca de 15 años. Luego de vivir sola por un tiempo, ‘mamita Leticia’ se enfermó y pasó al cuidado de sus familiares. Desde hace 5 años su hija Raquel Delgado y su nieta Patricia Orellana, la atienden.
Doña Leticia, también conserva su cuarto una radio antigua (con perillas y bandas) en la que escucha música religiosa y su pasacalle favorito: ‘En vida’. Desconoce la razón o causas del porqué ha llegado a cumplir más de un siglo de vida; sin embargo, su hija considera que todo se debe a la calidad de la alimentación. “Ella antes vivía en Collay y allá sembraban porotos (fréjol), habas, trigo y cebada, todo para comer, y por eso tenía una alimentación sana. Ella no sabe lo que es el arroz”, explicó Delgado.
Pero ‘mamita Leticia’, no es únicamente la mujer más longeva de El Pan, es una persona peculiar, pues del cantón ha sido la única que le ha podido decirle al presidente de la República, Rafael Correa, que es “un lindo chazo”.
El 16 de marzo de 2013 por pedido de uno de sus nietos, Florencio Delgado, (amigo del presidente) esta mujer recibió la visita del mandatario, con quien conversó, se fotografió y de quién recibió un regalo.
“Mi nieto lo invitó. Me abrazó, me dio la mano y me dijo que sí ha de volver, pero no, qué va a regresar”, dijo doña Leticia, quien también le entregó al presidente Correa un rosario.
Ese día no solo curiosos y vecinos de doña Leticia se volcaron a la vivienda para ver al Mandatario, también se reunió la familia entera. Situación que desde ese entonces no se ha vuelto a repetir.
“Nosotras pensamos en hacer ‘una falsa alarma’, para decir que va a venir el Presidente de nuevo, para que toda la familia la venga a visitar”, bromea Patricia.
La voz fuerte de doña Leticia se quiebra cuando habla de sus hijos. Extraña el saludo y abrazos de sus otros vástagos. “Uno cuando son niños da la vida por ellos, los cría aunque uno no coma, por eso ellos también deberían acordarse de uno”.
Para no sufrir sigue los consejos que le dio un sacerdote. Cuando a su corazón llega la nostalgia de esperar la visita de sus hijos, en lugar de llorar y sufrir, les envía bendiciones, aunque sea a la distancia. (I)
Datos
La mujer nació en el sector conocido como San Vicente, del cantón El Pan, provincia del Azuay y donde muchas otras personas sobrepasan los 90 años.
Sus hijos ya no la visitan. Las lágrimas caen por su rostro al recordarlos; sin embargo, cuando cumplió 100 años sus nietos le organizaron una fiesta en el salón de la comunidad que fue muy concurrida.
De joven trabajó con sus padres en las minas de Collay, luego cuando contrajo matrimonio siguió con esta misma labor junto a su esposo que falleció hace unos 15 años y a quien lo califica como su héroe.
Ella cree que la buena alimentación ha sido uno de los factores para su larga vida.