Se realiza incautaciones permanentes de productos a los vendedores
Los exteriores del 9 de Octubre forman un mercado paralelo
Por Andrés Quito. Universidad del Azuay
Frutas, vegetales frescos, ropa, zapatos, equipos electrónicos e incluso animales como cuyes y pollos son algunos de los productos que ofrecen los vendedores ambulantes en las calles aledañas al mercado 9 de Octubre, donde ese tipo de comercio cada vez se va expandiendo.
Los mercados atraen al trabajo formal en puestos debidamente adecuados, pero también al informal que se despliega en las aceras, intersecciones viales y portales, donde se vende a precios aparentemente más bajos. Cientos de personas hacen feria en los puestos ambulantes, pues aseguran que los productos los reciben a mejores precios.
El último estudio realizado en el año 2010 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec) demostró que el empleo en ventas informales representa entre el 30% y 35% de los vendedores en todo el país.
La Asamblea Constituyente, en 2008, reconoció garantías para estos trabajadores, pero los comerciantes formales y las autoridades municipales se quejan por el desorden y por la competencia desleal.
Guillermo Cobo, comandante de la Guardia Ciudadana, dijo que “nadie puede oponerse al derecho constitucional de este tipo de comerciantes, pero hay que reparar en el caso de que su legítimo derecho se contraponga a otro, tal es el caso de la libre circulación de transeúntes y vehículos cuando se ocupan de manera indebida espacios que no son ni pueden servir para el ejercicio del comercio ambulante”.
La odisea de caminar
Circular por las aceras alrededor del mercado 9 de Octubre, en pleno centro de la ciudad, no es fácil. La acumulación de basura genera malos olores, el desorden, la contaminación ambiental, el taponamiento de los sumideros, niños trabajando son algunos de los factores que provocan la intervención de los guardias ciudadanos.
Para la cuencana Angélica Campoverde es penoso que este sector “esté descuidado”. Ella acude todas las semanas a hacer las compras porque encuentra los productos a menor precio que en otros mercados. Los miércoles y sábados son los días más caóticos, porque llegan los mayoristas a vender sus productos. Angélica recuerda que cuando empezó a funcionar el mercado todo estaba ordenado, pero con el paso de los años no se han hecho reformas a la edificación, y “ahora los vendedores informales ocupan todos los espacios posibles”.
En las últimas estadísticas del Inec aparece cuantificado el sector informal de la ciudad de Cuenca con un porcentaje que alcanza el 34,7%.
La informalidad es interpretada como algo temporal, sin estructura, sin reglas, a la intemperie de las aceras, sin procedimientos claros; en algunos casos, la informalidad es interpretada como ilegalidad, aunque no necesariamente sea así.
El problema se centra en las veredas de las calles Vargas Machuca, Tomás Ordóñez, Gaspar de Sangurima y Mariano Cueva. Ahí, alrededor de 200 comerciantes ofrecen desde hortalizas hasta aves. Para realizar su actividad, ocupan toda la vereda e incluso parte de las vías.
El comandante de la Guardia Ciudadana tiene claro que existe la necesidad de buscar una fuente de sustento, pero recuerda que este se debe dar “en los márgenes legales ya que esto no puede hacerse contraviniendo normas específicas que impiden, en teoría, ejercer este tipo de actividades en los espacios públicos”.
Ana Morocho, vendedora informal desde hace ya más 5 años, manifiesta que “nadie se puede quedar en casa sin hacer nada, muriéndose de hambre, sino que se sale a trabajar en lo que se puede”.
Ella se considera una mujer trabajadora y que fue capaz de vencer la pobreza en la que vivían, ella y su familia: “Este trabajo me da el alimento diario para mis hijos”, indicó. Ana comenta que en su casa, que está ubicada en el sector de Ricaurte, ha sembrado varios productos para la venta, pero agrega que acude con temor al mercado porque los guardias municipales le quitan sus productos.
Los operativos por parte de la municipalidad de Cuenca se realizan a menudo y sin previo aviso. Los guardias municipales, quienes están a cargo de dichos operativos, dicen que los realizaran constantemente con la finalidad de que la ciudad esté en orden y se vea mejor.
Otro grupo que está a cargo de estas incautaciones es la Intendencia de Policía que también realiza controles en el sector todos los jueves. “La finalidad es disminuir el número de vendedores informales que se dan cita en los alrededores del mercado; sin embargo, los comerciantes no aceptan ser retirados de la zona”, comenta el coronel Cobo. Los vendedores denuncian los desalojos, los obstáculos que tienen para instalarse y la confiscación de sus bienes.
“Los señores del Municipio nos envían a la guardia ciudadana y a la Policía para que nos muevan de nuestros lugares de trabajo, como si se tratara de delincuentes. Nos decomisan los productos, nos maltratan, eso no es correcto”, dice María Cueva, vendedora ambulante del mercado.
Con respecto a los decomisos, el comandante de la Guardia Ciudadana indica que “en varios operativos que se realizan, no solamente en este mercado, se incauta la mercadería de los vendedores ambulantes, por no tener un documento que verifique que tiene buena procedencia”.
El problema surge cuando los vendedores ambulantes no pueden comprobar de dónde obtienen la mercadería, especialmente productos elaborados que los compran sin facturas., ropa o electrónicos. (I)