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Los cosplayers emplazan cultura en Machala
Julio Marquina es un machaleño amante del anime (películas). Él se transformó en el protagonista de la serie japonesa, Inu × Boku SS, Soushi Miketsukami, quien según la historieta es la reencarnación de un zorro de 9 colas.
Con una peluca de cabellera totalmente blanca que cubría sus orejas y vestido con un traje blanco y zapatos de madera con tacones negros, Marquina se metió en el personaje, tanto que su modo de hablar era lento igual al del protagonista. Parecía lanzarse hacia un mundo imaginario.
Esta actividad la comparten decenas de jóvenes e incluso adultos en Machala, se denomina cosplay o jugar a disfrazarse; refleja el gusto por vestir como figuras de anime, películas, videojuegos o libros de cómics.
En la ciudad, esta tendencia originaria de Japón, es nueva, el boom de las redes sociales ha unido a este grupo que de apoco va teniendo acogida en la capital orense.
Esta corriente nació en la década del setenta en ferias japonesas de cómics y proliferó en la década de los ochenta en convenciones en Estados Unidos.
En Ecuador se han realizado decenas de estas actividades, sobretodo en Guayaquil y Quito donde hay más seguidores.
Javier Conde, de 33 años y vicepresidente de un grupo de manga (libros de cómic), precisó que los términos Otaku y Cosplayer se emplean popularmente en Japón como sinónimos de personas aficionadas al manga y al anime. El origen está relacionado con el interés obstinado por algo. “Un Otaku no tiene una edad definida, hay profesionales a quienes les gusta este tipo de cultura, aunque son los jóvenes los que más gustan de esto”, dijo Conde.
Añadió que esta afición actualmente se ha convertido en uno de los pasatiempos preferidos de adolescentes de entre 12 y 17 años. Explicó que se sienten atraídos por las diferentes actividades que implican ser un Otaku, es decir, la posibilidad de practicar Cosplay (uso de disfraces), que es lo que más llama la atención de los adolescentes que están iniciándose en este novedoso hobby.
Series como Mazinger Z y Supercampeones fueron las que marcaron la infancia y adolescencia de Javier y por ello decidió materializar su gusto por esta cultura a través de su negocio de manga, además se especializa en conseguir series de anime, geeemu (juegos), música y todo tipo de productos que provengan de esta afición.
Y es que, no solo es una afición, sino que en algunos casos han descubierto a artistas, ya sea dibujantes, elaboradores de figuras de papel, etc.
Andrés Morales, líder del grupo AniMachala, es uno de los pioneros en la capital orense en seguir este tipo de cultura. Cuenta que asistía a convenciones y festivales en Guayaquil ya que en Machala aún no existían eventos que congreguen a todos los jóvenes aficionados.
Ahora tiene 28 años y es veterinario de profesión; sin embargo, el gusto por los dibujos animados japoneses, lo ha llevado a disfrazarse y asistir a muchos eventos en diferentes ciudades del país.