Lideresa cañareja llega a un cabildo en España
María Dolores Solano, oriunda de Cañar, marcó un hecho sin precedentes al asumir como concejal en el Cabildo de Totana, España.
Es la primera vez que una inmigrante hispano-ecuatoriana ocupa un puesto de esta naturaleza en ese país, hoy gobernado por el Partido Popular.
DATOS
María cuando retorna a su país, según susfamiliares, viste sus prendas tradicionales y se comunica en quichua, al igual que en tierra española.
La nueva funcionaria piensa que su trabajo será difícil en el Concejo de Totana, pero aspira a luchar por sus compatriotas que, según ella, que han sido olvidados por otras autoridades.
Su familia en la provincia del Cañar está atenta a la labor que emprenderá en los próximos días en la región de Murcia, España. Quienes la conocen en su tierra consideran que es una líder y una mujer decidida a trabajarSolano sustituye en las filas del Partido Socialista Obrero Español de la región de Murcia, a Juan Francisco Otálora, tras su dimisión en mayo pasado. La mujer estará en el banco de la oposición.
Desde enero hasta junio de este año, la nueva concejala pasó junto a su hijo, nietas y familiares en su natal Junducucho.
Cinco meses en los que María ya pensaba quedarse en su país, sin embargo al enterarse de que sería posesionada el 24 de julio, retornó a Totana, para asumir el cargo.
“María Dolores quiere hacer historia contigo”, es la frase de una hoja volante que dejó a sus familiares, mientras estuvo en su tierra, situada a 10 minutos de Cañar.
La casa en donde actualmente viven su hijo, nuera y nietas, está junto a las viviendas de dos de sus hermanos. En este sitio se puede observar todo el pueblo donde resaltan las grandes casas de color blanco construidas en un lugar de altura y el fuerte viento es la compañía siempre.
En Junducucho habitan aproximadamente unas 400 personas, sus calles son de tierra y por la falta de vehículos sus habitantes caminan más de 20 minutos para llegar a Cañar. La mayoría se dedica a la agricultura.
Junto con sus pequeñas sobrinas apareció Segundo Solano que es hermano de María Dolores.
“Es mi hermana y la que recién bajó es mi mamá que fue a dar de comer a los cuyes”, respondió con voz baja. Con un poco de temor, mientras muestra fotografías, y la hoja volante de su hermana, el hombre contó que los meses que María estuvo, junto con ellos, se dedicó a lo mismo que realizaba mientras vivía en el país, es decir a cultivar la tierra. “Ella no viene a descansar, nos ayuda y también trabajó en una cooperativa, porque pensaba quedarse por eso hizo su carpeta para ir a buscar trabajo”, dijo.
De pocas palabras y sin mayores detalles, prefirió esperar que llegara su sobrino Milton, hijo de María, quien se encontraba en otra comunidad. “Mi mamá es una líder, una mujer indígena que toda su vida luchó por la difusión de la cultura y tradiciones de Cañar”, indicó.
Milton, de 25 años, vivía con ella en España y hace cuatro años regresó al país con la intención de estudiar y convertirse en profesor.
En un pequeño patio de la casa de su madre, recordó que su progenitora hace seis años se acercó al Ayuntamiento de Totana para pedir un espacio y organizar ferias para difundir la cultura cañari.
Según Milton, su madre se relacionó con el Municipio. “Desde ahí los grupos políticos la comenzaron a tener en cuenta porque ella luchaba por el bienestar de los migrantes”, dijo.
Mientras abraza a sus hijas, Yuri y Vale, indicó que él fue quien motivó a su madre a regresar a España para que asumiera la concejalía.
“Nosotros ya sabíamos la noticia cuando ella estaba acá, eso la puso entre la espada y la pared, una porque no quería dejar a sus nietas y otra por tener que representar a los migrantes”, añadió.
Actualmente, la flamante concejala, sin un horario definido, trabaja en una empacadora de frutas.
“Ahora tengo que combinar el horario, trabajar menos para dedicarme a representar a los migrantes en la concejalía”, explicó.
Inició su acercamiento con el Ayuntamiento de Totana, realizando labor social, rescatando y difundiendo la cultura cañari, a través de expo ferias. De esta forma se hizo conocida en la región, en donde se estima que residen alrededor de 4.000 personas de la etnia cañari.