Con el fin de tener un espacio para el fortalecimiento y coordinación de los movimientos de mujeres trabajadoras del sexo a nivel nacional e internacional, en Machala fue inaugurada una oficina de trabajo sexual y políticas públicas.

Esta es la primera en el país y la segunda en Latinoamérica (la primera está en Brasil).

Karina Bravo, vocera del colectivo Flor de Azalea y presidenta de la plataforma latinoamericana de personas que ejercen el trabajo sexual, explicó que la capital orense fue escogida por ser la primera en el país en donde las meretrices empezaron a organizarse.

“Debido a la discriminación, malos tratos y falta de atención de parte de algunas autoridades, las compañeras decidieron agremiarse y luchar por los derechos humanos”, dijo Brígida Reyes, expresidenta de la Asociación Femenina de Trabajadoras Sexuales Autónomas ‘22 de Junio’.

El colectivo cumplió este mes 32 años de luchar por la defensa de las mujeres que se dedican a esa actividad. Explicó que para tener este espacio, el gremio tuvo que ahorrar y gestionar recursos durante 8 años. (I)