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Ecuador, 04 de Febrero de 2025
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El Telégrafo

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Las ‘huecas’, un escape a la degustación y por menos precio

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Cuando de comer se trata, no solo están los grandes restaurantes. En Machala también están los locales  conocidos como ‘agachaditos’ o ‘huecas’, donde el sabor, para muchos, es más exquisito y el costo, al alcance de todos.

La fritada, pese a no ser propia de El Oro, tiene su espacio con doña Blanca Fernández (75 años), quien hace 61 años llegó de su natal Cuenca para ser la pionera en la provincia y vender este plato típico de la Sierra. El local El Conquistador, de doña Blanquita, siempre estuvo ubicado en el centro de la ciudad, en las calles Santa Rosa y 25 de Junio, se amplió desde hace 10 años debido a la gran cantidad de personas que visitan el puesto.

Su jornada de trabajo empieza a las 04:00 en su hogar. Primero prepara la carne lo que le demora más de 3 horas, luego sazona las papas y coloca todos los ingredientes que deben estar listos hasta las 10:00, hora en la que los lleva a su local que abre hasta las 18:00.

El precio de los platos va desde los $ 3,00 hasta $ 6,00, aunque hay personas que llevan hasta $ 20 de fritada. Blanquita cuenta que con su esfuerzo sacó adelante a sus 7 hijos, 5 de ellos ahora profesionales que también ayudan en el negocio.

“Mi hijo es contador, él todos los días se levanta ayudarme a hervir la carne, además me ayuda con la contabilidad del local” explicó.

Añadió que en los días ‘malos’ vende unos 100 platos, los días ‘buenos’ son hasta 300 platos. “A veces nos sobra, pero no los desperdiciamos, lo llevamos a la cárcel a regalar”, aseguró.

“Me gusta que todo sea limpio, no hemos tenido —en estos 61 años— problemas ni con el SRI ni con sanidad, por eso nos prefieren”, dijo Blanquita. Su local, pintado de blanco, refleja justamente su gusto por el color y la limpieza de la que habla.

Y es que ir a un restaurante o a un chifa, por ejemplo, resulta un verdadero dilema para el ciudadano debido a los altos costos de la comida. En los primeros solo un almuerzo se cotiza desde $ 3,50 a $ 4,00. En los segundos, un plato a la carta está sobre los $ 10. Cuando las familias son numerosas es imposible pagar esos precios, comenta un cliente de Blanquita.

El Bollo que Arde, otro de los locales con mucha concurrencia para los orenses

Los singulares nombres que tienen las ‘huecas’ machaleñas también atraen a los clientes. Ese es el caso  de El Bollo que Arde, pues como su nombre lo indica, este local ofrece bollos picantes Su propietaria, Viviana Delgado, recordó que sus inicios fueron con un triciclo en la calle Guayas y que “los profesionales del derecho” (abogados) eran sus mejores clientes por las mañanas.
Comentó que un abogado, cuando se lo sirvieron por primera vez, dijo: “este bollo está que arde” y así se lo conoce desde entonces.

Al igual que Blanquita, Delgado empieza su trajín en la cocina a las 04:00. Dice que hay que servir lo mejor posible a los clientes y por ello los ingredientes son también los mejores. A diario prepara entre 120 a 150 bollos.

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