Las 3 cúpulas, símbolo de la Inmaculada
07 de diciembre de 2014 - 00:00
Si nos alcanza el tiempo, que a veces solamente lo perdemos, podríamos subir hasta las torres para contemplar el centro de Cuenca. La armónica arquitectura de adobe, bajareque y teja de cerámica que ha caracterizado a esta ciudad es todavía apreciable a pesar de interrupciones en nuestro campo visual desde este punto elevado.
Aquí es posible entender el sentido de esta obra que el obispo Miguel León Garrido, tildado de loco, quiso emprender, forzando al hermano redentorista Juan Bautista Stiehle a abandonar sus modestos planes, para crear una catedral “digna del Dios de Constantino, en quien creo”.