La “píldora del día después” aún no llega a toda la región austral
A pesar de la vigencia del reglamento del Ministerio de Salud para entregar de forma gratuita la “píldora del día después”, algunos centros de salud de Cuenca aún no cuentan con este medicamento.
Mientras tanto en la provincia de El Oro la Dirección de Salud terminó de repartir más de 1.400 pastillas en las 9 Áreas de Salud.
En el Centro de Salud 1 de Cuenca, ubicado en la avenida Huayna Cápac, se espera que la próxima semana lleguen las primeras dosis.
En el Centro de Salud 2, de la ciudadela Uncovia, desconocen cuándo la tendrán disponible.
A esto se suma que no existe un médico o funcionario que asesore las inquietudes de las personas que llegan en busca del fármaco.
En una farmacia de esta ciudadela se vende un promedio de cinco a seis píldoras en el día. Su precio va entre $ 6 y $ 7 cada una.
Aunque las mujeres aún sienten recelo de hablar sobre el tema, algunas consideran que su distribución gratuita “fomentará el libertinaje, especialmente entre los jóvenes”.
Cecilia Puzhi, con discreción, explicó que independientemente de si se regala o no la pastilla, depende de cada persona el cuidado de su cuerpo. “Si quieren tener relaciones, las tendrán, sea o no con la pastilla, porque también pueden usar otros medios como preservativos. Ya todo depende de los valores de cada uno”, dijo.
Criterios similares tuvieron otras personas que creen que este fármaco no es la solución a embarazos no deseados o precoces.
En Azuay existe un alto índice de menores de edad en estado de gestación, aún cuando ni siquiera terminan su educación secundaria.
Tampoco está disponible en Azogues
En la capital del Cañar la situación es similar a la de Cuenca. Vilma Segovia, de 53 años, expresó su desacuerdo con este método.
“Los jóvenes antes se contenían porque no tenían dinero para comprar anticonceptivos, pero ahora lo tendrán gratis”, dijo.
Los representantes de la Iglesia Católica de la urbe prefieren promover la castidad como la única forma de prevenir embarazos no deseados.
Víctor Naranjo, vicario parroquial de Azogues, señaló en una de sus homilías que con la entrega de la píldora y otros métodos como los preservativos, se crea en los jóvenes una cultura de libertinaje que pone en juego su dignidad.
Además expresó que según algunos datos obtenidos de los colegios, al distribuirse preservativos aumentaron los embarazos en menores de edad y los abortos.
Ante estos criterios vertidos por la ciudadanía e iglesia, la directora provincial de Salud de Cañar, Marcia Álvarez, señaló que la polémica con este método anticonceptivo se desprende de la falta de información.
“Lo que se busca es evitar embarazos no deseados, no solo en el caso de los jóvenes”, dijo.
Explicó que la píldora puede ser solicitada en cualquier centro de salud de la provincia.
La titular de esa dependencia indicó que antes de oficializarse la distribución se entregaba de tres a cuatro píldoras al mes.
“Las personas a las que les dimos no eran adolescentes, por eso hay que entender que no es solo para ellos”, dijo.