Por Daniel Bustos Bravo

Bailar al ritmo de una orquesta era lo mejor que le podía pasar a un cuencano en los años 70 y 80, pero, poco a poco, estas fueron desapareciendo y hoy son pocas las que sobreviven y aún derrochan alegría entre las familias de la ciudad.
Hernán ‘Kayo’ Bustos, músico, comenta que en épocas pasadas en Cuenca las orquestas no paraban de trabajar, ya que eran muy solicitadas para amenizar serenatas, bailes de gala, matinés, Pases de Niño, enteches (colocación de tejas en casa), bautizos y matrimonios.

Eran famosas las “Noches Cuencanas” en abril y noviembre, en cada esquina de los barrios tradicionales había una orquesta, “el cuencano tenía para escoger y disfrutar sus reuniones sociales al ritmo de una buena compañía musical”, señala Bustos.

Una de las primeras agrupaciones cuencanas fue la Banda de los Salesianos, llamada los ‘Shalicos’, que era dirigida por el padre Carlos Crespi Croci; no menos importantes eran la Banda de la Tercera Zona Militar, dirigida por Segundo Luis Moreno, y la Liga Artística del Azuay, fundada en 1920 y dirigida por don Daniel Sarmiento y como animador, Carlos Ortiz Cobos.

Destacaron artistas de la talla de Pancho Torres, Jorge Calle, Pepe Luna, Olmedo Torres, Jorge Chalco, Miguel Rojas, Rigoberto Bustos, el ‘Negrito’ Valentín Martínez, el ‘Negro’ Izurieta, Eduardo Coloma, Ernesto el ‘Gato’ Marín, entre otros. Ya en este tiempo surge también el grupo de rock cuencano llamado Los Cuervos.

Todos estos artistas integraron agrupaciones musicales como la de los Hermanos Ortiz, Jazz América, la orquesta Austral, la Típica Ortiz, los conjuntos de Leopoldo Yanzahuano, Arturo Vanegas, los hermanos Robles, Pepe Luna, los Locos del Ritmo, Los Soles, Liberación, Vibración, Los Galenos, la Sonora Latina, Sonolux, Infierno 7, entre otras.

En la parroquia Baños nació una importante cantidad de artistas y agrupaciones como las de las familias Ramón, Espinoza y Minchala, integrantes y fundadores de agrupaciones como Capítulo 2, Los Clásicos, Los Diplomáticos, Los Canarios y Los Galenos.

Orquesta Los Dinamicos y Sonolux

Punto y aparte debemos poner al mencionar a 2 grandes agrupaciones de excelente calidad musical que siempre dejaron muy en alto el nombre de la Atenas del Ecuador: las orquestas Los Dinámicos, con Rigoberto Vallejo como director, y Sonolux que dirigió Enrique Guapizaca, eternos y grandes rivales en el arte, pero que gozaban de una gran amistad entre sí, y del respeto y cariño de sus compañeros.

Luis Chimbo, que integró la orquesta los Dinámicos por 30 años, nos cuenta que en una ocasión tocaron en Loja, un mano a mano, entre las orquestas Los Dinámicos de Cuenca y los Graduados de Colombia, con Gustavo Quintero a la cabeza, y los tradicionales, mano a mano, entre la Sonolux y los Dinámicos en el Club del Azuay.

‘Kayo’ Bustos comenta: “En la calle Bolívar, entre Juan Montalvo y Tarqui, estaban ubicadas la mayoría de las agrupaciones con sus centros de ensayos; si alguien necesitaba una agrupación, se dirigía a esas direcciones y encontraba grandes conjuntos musicales. Luego el sector de las calles Juan Montalvo y Gran Colombia también fue el lugar musical de Cuenca por muchos años”.

El crecimiento musical no paró, orquestas como Estelar, que inicialmente tenía su base en la ciudad de Azogues; Jaime Orquera y su Orquesta, el Grupo Ébano, la Orquesta de K’che, Vallenato Sin Fronteras, Vallenato Sabanero y muchas agrupaciones más que forman parte de esta lista aún sobreviven y brindan grandes espectáculos.

Bustos también menciona que “los lugares de moda de aquellos tiempos y que forman parte de la historia musical cuencana eran el Club Azuay, los clubes de Agricultores, de Ingenieros y de Abogados; la Casa del Médico; el Centro Agrícola donde se elegía a la Chola Cuencana; también estaba el Sindicato de Choferes, la Tasca Boîte Discoteca y los inolvidables matinés bailables en la Laguna de Viscosil con las orquestas del momento”.

Los músicos, luego de cada baile, sobre todo en la madrugada, buscaban lugares como el restaurante del Señor Baca y sus secos, que en sus inicios se ubicaba en la calle Larga y Benigno Malo y también en el restaurante Doña Magaly, allá por María Auxiliadora. “Cuántas historias y anécdotas se guardan en dichos lugares que de seguro usted también visito algún vez”, dijo Bustos. (I)