La modernidad llegó a iglesias
Una de la sogas se rompió hace 20 años y desde ese entonces las campañas de la iglesia San José del Vecino ya no suenan.
Cuatro parlantes ubicados en lo alto del campanario se convirtieron, según el padre Carlos Vintimilla, en la voz que congrega a los moradores del sector.
Y es que en esta iglesia, ubicada en el centro histórico de Cuenca, al igual que en la de San Alfonso y María Auxiliadora, la tecnología llegó hace más de 20 años para facilitar la labor de los sacristanes. “El sacristán debía subir al coro (sitio ubicado en la segunda planta), tocar las campanas y bajar corriendo para iniciar la misa”, dijo el sacerdote.
Una conexión de más de 80 metros sirvió para que, desde la sacristía, una consola emita la melodía del Ave María de Lourdes como un repique de campanas, que es el que desde hace más de dos décadas convoca a los habitantes de este sector. En la actualidad se piensa reemplazar la consola por un DVD y el único casete con el que cuentan por un CD, dijo Vintimilla.
Laura Villacís, de 77 años, vive en el sector María Auxiliadora, cada mañana está pendiente del sonido de las campañas de la iglesia. Para ella, estos instrumentos siempre han sonado y es el sacristán el encargado de hacerlo.
Sin embargo, según Carlos Muñoz, trabajador de la iglesia María Auxiliadora, en este templo jamás repicaron estos instrumentos, debido a que, por tratarse de una capilla moderna, desde los inicios de su construcción se prefirió colocar bocinas en el campanario.
En 1969 empezó la construcción de este santuario y con ello, dijo Muñoz, se trajo desde Italia un tocadiscos que fue el que se usó por varios años para convocar a las misas. Hace tres meses este aparato fue reemplazado y en la actualidad utilizan un CD. “En la antigua iglesia sí hubo campanas, pero aquí siempre las bocinas”, acotó Muñoz.
Mientras que en la iglesia de San Alfonso, tanto la campanas como las bocinas suenan de vez en cuando. De acuerdo el padre Rafael Nieto, en este lugar aún se conservan las campanas tradicionales, pero también se utilizan las eléctricas, que se trata de una consola que emite el sonido a las bocinas ubicadas en las torres del templo. “No es un sistema nuevo, eso lo trajeron cuando llegaron los franceses, hace muchos años”, manifestó.
Por problemas con el sector hotelero, según el padre, se han dejado de repicar diariamente las campanas tradicionales y las eléctricas.
Pero no solo estos instrumentos han sido reemplazados durante los últimos años, también en varios templos de la urbe se implementaron velas autómaticas y, aunque la mayoría de los fieles prefiere las velas tradicionales, hay otros que por curiosidad las utilizan.
“Pasar la vela por su cuerpo es un acto de fe que ningún aparato podrá reemplazar”, afirmó Raquel Maldonado, quien inicialmente, al ver la veladora automática en la catedral de la ciudad, dijo sentirse atraída, “pero después pensé que hasta puede ser un negocio”, acotó.