La iglesia que tiene forma de cruz
Si desde el cielo se la visualizara, no quedarían dudas de una de las principales características que señalan los escritos sobre la iglesia de San Blas: “Sigue el esquema de cruz latina”, “una cruz perfecta”, “único templo cuencano construido en forma de cruz latina”.
Esta es una de las particularidades que tiene este templo, que, de acuerdo a los escritos, fue erigido con la fundación de Cuenca, exactamente el 3 de mayo de 1557. Información que se conoce según el Libro de Oro de Cuenca, en 1947, cuando fueron removidos los cimientos de la primera estructura, y los trabajadores encontraron una piedra con una leyenda que, con la colaboración de varios intelectuales, pudo ser descifrada.
“En el Año del Sr. De 1557 a 3 de mayo fe coloco la Priera Piedra de efta Sta. Iglesia de S. Blaz fiendo Cura propio el Dr. J. xx.xx Muz y Gain”.
Es esta piedra la que demuestra o da fe de que los cimientos del templo se iniciaron a los 22 días de la fundación de la ciudad.
Para la construcción de este santuario se utilizaron las rocas de la ciudad inca Tomebamba. El primer párroco fue el sacerdote y licenciado en Cánones Juan Muñoz y Galán.
“Destruida la ciudad del Tomebamba por mandato de Atahualpa (...) los materiales que quedaron fueron utilizados después por los conquistadores en la construcción de casas y templos de Cuenca. La iglesia parroquial de San Blas, La Catedral, San Francisco (...) y muchísimas casas de la ciudad conservan en sus umbrales y en las esquinas de las manzanas antiguas, las conocidas piedras incaicas de forma trapezoidal”, menciona en su libro Contribuciones a la historia del arte en el Ecuador, José Navarro.
Además, según el vicario de la parroquia, Joffre Astudillo, el templo fue construido sobre un cementerio. “Esto se constató porque al hacer unos estudios de suelo se encontraron tumbas de personas indígenas enterradas en posición fetal”.
En la Guía de Arquitectura de Cuenca, se menciona que fue un templo estratégico para sostener y catequizar a la población indígena de la parte nororiental de la ciudad, en donde, según Ross Williams Jamieson en su libro De Tomebamba a Cuenca, de acuerdo a un censo municipal de 1778, los indígenas dominaron la población de la parroquia de San Blas.
Después de más de 300 años, se realiza la primera reconstrucción. Los libros señalan que esta modernización estuvo a cargo del párroco Luis A. Sarmiento Abad, quien se desempeñó como sacerdote de esta iglesia desde 1935 hasta 1967.
“En 1938 cuando se inició la reconstrucción del templo actual, se sacaron muchos restos que se conservan hasta hoy en el altar mayor. Es una bóveda que tiene 2 metros de ancho por uno de profundidad”, mencionó el vicario.
Durante esta intervención se aprovechó como base la construcción antigua. En 1939 es construida la cúpula y 6 años después fue edificado el altar principal en mármol, mientras que en 1947 se realizaron trabajos en la fachada y en 1970 se construyó la torre del campanario lateral.
Desde 1938 hasta la actualidad, según Francisco Calle, párroco del templo, este no ha sido intervenido íntegramente. “Cada párroco como podía arreglaba algún espacio, por eso, es una obra urgente para salvaguardar debido al deterioro originado por varios factores. Son ya cerca de 100 años que no ha sido intervenida, por ello casi todo se encuentra vetusto”, acotó.
Con una inversión que bordea los $ 800 mil se planifica, para este año, la restauración integral de esta iglesia, que consta de la recuperación de la cúpula que presenta varias fisuras, el rescate de los murales y elementos decorativos de su interior, la restauración de los cielos rasos, pisos, ventanas y el cambio de todo el sistema eléctrico.
La restauración, según el párroco, estará financiada por el Municipio de Cuenca, que aportará con $ 477 mil, y el Gobierno Provincial, con $ 190 mil en materiales. Lo restante se cubrirá a través de autogestión y actividades de la comunidad religiosa.