El lugar formaba parte del patrimonio de la provincia y tenía más de 120 años de existencia
La iglesia de San Cristóbal en Azuay quedó en escombros
Un posible cortocircuito terminó con 120 años de historia de la iglesia y el convento de la parroquia San Cristóbal, en la provincia del Azuay.
El incendio registrado en la tarde y noche del miércoles acabó con el 80% de su estructura. Monseñor Luis Cabrera dijo que los muros no cedieron porque son de adobe y la fachada es de piedra. “Todo lo demás quedó destruido”, manifestó.
La iglesia estaba en la lista de los bienes patrimoniales, por lo cual se realiza un inventario de las reliquias perdidas en el desastre.
Cabrera expresó que la restauración de ambas edificaciones estaba a punto de finalizar. “Según los historiadores, esta iglesia tiene más de 120 años de historia. Una parte fue construida por la población que se organizó en mingas”, indicó.
Al momento se desconoce a cuánto pueden ascender las pérdidas, pero todos los enseres que estaban en el interior se destruyeron.
Las cuatro monjas de la congregación de las Dominicas que permanecían en este lugar se quedaron sin sus pertenencias. “Hay una persona de buen corazón que las acogió. Ellas por ahora, están viviendo allí hasta ver qué es lo que se puede hacer”, precisó Cabrera.
Sostuvo que todas las pertenencias de las religiosas se quemaron. “Literalmente se han quedado con lo que estaban vestidas”.
De acuerdo a testigos, el siniestro comenzó aproximadamente a las 18:00 del miércoles y poco a poco se fue tomando la estructura.
Los primeros bomberos en llegar fueron los de Paute, sin embargo no fueron suficientes para controlar el fuego y tuvieron que llamar a sus similares de Cuenca.
Los habitantes del sector colaboraron con el personal de la ‘casaca roja’, pero las llamas se extendieron rápidamente por la estructura.
Monseñor Cabrera afirmó que la reconstrucción tardará varios meses. No se descarta, afirmó, la participación de las entidades gubernamentales, para realizar trabajos en este bien patrimonial que data de hace más de un siglo.
El director del ECU-911, Fernando Figueroa, reveló que para sofocar el incendio tuvieron que intervenir bomberos de Cuenca, Paute, Gualaceo y de Azogues (Cañar). “Durante tres días luchamos por apagar las llamas. Se hizo todo lo posible para evitar pérdidas humanas, aunque lo material se redujo en su mayoría a cenizas”, lamentó el funcionario.