Fundación de Loja: recordando el pasado de la región sur del Ecuador
Por David Estuardo Sánchez
La primitiva ciudad de Loxa contó con características étnicas, geográficas y climáticas únicas; su poblamiento inicial fue posible debido a los beneficios de la región y también aprovechando los asentamientos previos de las poblaciones aborígenes. En la relación histórico-geográfica que recopila Pilar Ponce Leiva, sobre la base de los relatos de Juan de Salinas y Loyola, encontraremos una descripción detallada de Loja de los primeros años posteriores a la fundación; su descripción geográfica, climática y poblacional y cómo este espacio se tornó propicio para iniciar una ciudad en el nuevo mundo.
Estas características únicas respecto a su geografía, clima e hidrografía se definen por su ubicación entre la Sierra y la Amazonía. A su vez, las tribus nativas que hicieron frente a la conquista española, como los Paltas, también muestran aspectos de una cultura interesante que fue progresivamente erradicada. Hoy en día conocemos de estas características y descripciones debido a las diversas crónicas y relaciones geográficas que se hicieron al margen de Loja y su región durante la conquista española y años después de esta; una de las descripciones más importantes la realiza Juan de Salinas y Loyola, en su Relación y descripción de la ciudad de Loja (1571), en la que menciona algo más acerca de Loja que un simple valle rodeado por 2 ríos.
Juan de Salinas menciona en su descripción que la antigua ciudad de Loja se ubicaba en un “valle de gran fertilidad”, entre 2 “pequeños ríos” y al pie de la cordillera; estaba a una distancia de “16 leguas” de la ciudad de Cuenca, 20 leguas a San Miguel de Piura, 10 leguas a la ciudad de Zamora y unas 25 leguas hasta el puerto de Paita. Su clima era descrito como “de temperamento frío y seco, en altura de 6 grados escasos” el cielo es claro y muy pocas veces llueve, “el ordinario llover […] es desde marzo hasta agosto”. La geografía de Loja según Salinas era de tierra apacible que se podía recorrer con facilidad a caballo. Loja estaba ubicada entre “dos sierras, la una al Oeste y la otra al Este, que es la cordillera principal y serranía más alta que hay desde la Mar del Sur” (sic); también señala la presencia de varias extensiones de bosques: “es toda tierra rasa y de sábanas, sino es la cordillera, que es montuosa en algunas partes”.
Los ríos de Loja son la fuente principal de la fertilidad que hubo, debido a estas corrientes de agua, la productividad de la tierra fue admirable, Salinas describe gran variedad y género de todo “tipo de hierbas y raíces que usan los indios para curar todo tipo de mal” y por lo tanto en Loja la enfermedad era inexistente antes de la presencia española. También describe árboles frutales como guabas, caimitos, zapotes y paltas que tenían los nativos en pequeños huertos y servían para su consumo personal.
Con respecto a los nativos, “naturales de estas tierras”, Salinas describe algunas características de su aspecto y costumbres: “los naturales de dicha ciudad (Loja) no difieren de los demás de estatura […] es gente de poca razón y trabajo” también describe que los nativos son “gente muy bárbara […] andaban desnudos” en el tema de costumbres define que los nativos tenían la costumbre de congregarse entre comunidades y realizar fiestas “a hacer sus borracheras y bailes con brebaje que hacen con maíz, y con otra raíz que llaman yuca”. Además menciona el tipo de armas que utilizaban como lanzas, rodeles y dardos arrojadizos. Con respecto a los nativos, Salinas menciona también una reducción considerable de población: “el número de naturales […] de la dicha ciudad […] conforme a lo que se puede acordar de la visita, es de 15 a 16.000 indios y que antes iban en crecimiento que en disminución” es común considerar una reducción del número de nativos durante la conquista española, el impacto que provocó la invasión colonial fue devastador para toda la región; según Galo Ramón Valarezo, los primeros años de invasión colonial transitaron entre el desconcierto, el choque cultural, la búsqueda por construir relaciones de subordinación y la exclusión de la dirigencia indígena.
La represión española fue brutal para someter a los poblados indígenas que se oponían a la subordinación, esta se efectuó mediante ejecuciones, castigos y brutales reprimendas; según Galo Ramón Valarezo, la población indígena atravesó un desastre poblacional, “se estima que la población andina cayó en un 50% […] para 1575 la región lucía despoblada, apenas contaba con 6.386 tributarios (2.849 en Loja y 3537 en Piura) cantidad impresionante tomando en consideración la extensión de la región […] Loja tenía 3.647 tributarios (unas 9495 personas), lo que significa que había disminuido hasta 1575 a un ritmo de (-1,63% al año). Las autoridades de la época no pudieron ocultar tamaño etnocidio”.
Una vez finalizado el proceso de conquista iniciaba la colonización, se produjo el progresivo repartimiento de indios a los encomenderos (la encomienda fue una institución socioeconómica que organizaba la evangelización de los indios y su control). La encomienda en Loja, después de la conquista, según Ramón Valarezo, estuvo definida por el desorden y la lucha de intereses particulares “para 1575, según la Relación de Morales Figueroa […] había 44 encomiendas […] que tenían 6.386 tributarios que tributaban 17.734 pesos por año” (sic). (F)
Cambió de sitio por el ataque de los indios
Todos los historiadores lojanos coinciden en que Loja tuvo 2 fundaciones. Según Pío Jaramillo Alvarado, la primera se realizó en 1546, y se hizo bajo el nombre de “La Zarza”, en Garrochamba, que sería el actual valle de Catamayo; y, la segunda, en el valle de Cuxibamba en 1548, ambas realizadas por el capitán Alonso de Mercadillo; sin embargo, en una nueva revisión de los hechos que describen la fundación de Loja a cargo del historiador Galo Ramón Valarezo, se señala que debido a un error de interpretación del texto Relaciones Geográficas de Marcos Jiménez de la Espada, la primera fundación de Loja (La Zarza) no se realizó en Garrochamba, sino en un lugar llamado Cangochamba que correspondería a la primera Loja, en el alto Catamayo sobre una etnia de los antiguos Calvas. Según Pío Jaramillo Alvarado, el capitán Alonso de Mercadillo tenía expresas órdenes de Gonzalo Pizarro de fundar una ciudad en la provincia de los Paltas con el nombre de La Zarza; en aquel tiempo, en 1546, fue enviado con un contingente de soldados para cumplir este propósito e iniciar la fundación de una ciudad. Dos años después, según Jaramillo, se cambia de sitio a la ciudad de la Zarza (inicialmente en Cangochamba) (alto Catamayo) por el ataque frecuente de los indios. (F)