Fuego llega al parque protegido Los Ilinizas
Los incendios forestales en las reservas ecológicas Arenillas, Cotopaxi, Yacuri, Pululahua, El Ángel, Pasochoa, Machalilla y Antisana no fueron dentro de las áreas resguardadas, sino en sectores cercanos. El único parque protegido que resultó afectado fue Los Ilinizas, ubicado entre las provincias Pichincha y Cotopaxi. El hecho lo confirmó ayer la ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga.
Mientras eso ocurre en esta zona, al sur del país, en Chilla (provincia de El Oro), las llamas arrasaron varias hectáreas de cultivos de papa, mora, arroz y otros productos de ciclo corto. Además, los incendios acechan a sectores en los que existe ganado para el consumo de los comuneros y para la venta en los mercados orenses.
Esta se constituye en la segunda zona del país en la que el fuego reduce a cenizas los sembríos. El martes ya pasaron por eso los agricultores de la parroquia Lloa, perteneciente al cantón Quito, en la provincia del Pichincha. En la zona de las reservas, los siniestros se detectaron a 10 kilómetros antes de los límites de cada uno, en espacios llamados de amortiguamiento, para precautelar riesgos en la flora y fauna.
Marcela Aguiñaga, ministra de Ambiente, aseguró que la vegetación y animales de los parques nacionales están a buen resguardo, pues existen guardabosques y miembros del Cuerpo de Bomberos, Fuerzas Armadas que están en constante vigilancia para controlar un incendio.
El Parque Nacional Los Ilinizas fue el único que no se salvó de las llamas, pues el pasado jueves se registró un incendio forestal en la cara norte de las elevaciones, cerca de la reserva ecológica, que con la velocidad del viento se propagó hasta adentrarse al bosque protegido. Otro flagelo se inició en la cara sur de los nevados. Los siniestros fueron controlados el pasado martes en la tarde, pero no completamente sofocados, pues hay pequeños focos de llamas que se intentan apagar.
Fernando Suárez, gobernador de Cotopaxi, explicó que el clima no ayuda extinguir las llamas, pues al quedar un pequeño foco de fuego, se vuelve a encender con el viento que llega a más de 60 kilómetros por hora, comentó. Aún no se ha hecho un cálculo de las pérdidas de especies en la reserva, pues las autoridades esperan que los incendios se hayan apagado completamente para hacer la evaluación.
Las plantas y árboles nativos afectados son: cedro, nogal, laurel de cera, aliso, jiguas, palmas de ramos, higuerón, sangre de gallina, sangre de drago, pambil, suro, achupalla, el canelo, matapalo, entre otros. Entre los animales que viven en este lugar hay 44 especies de mamíferos, 47 de anfibios y reptiles, además de 257 tipos de aves.
De estas últimas existen la gralaria gigante, gralaria bigotiblanca, zamarrito canoso y corcovado dorsioscuro, que son endémicas del parque. Los siniestros suscitados en el sitio fueron más complicados de controlar, pues se registraron en zonas de difícil acceso y el terreno es incluso más irregular que el del parque nacional Cotopaxi.
La subsecretaria de Patrimonio Natural, Tania Villegas, dio a conocer que la inversión que se hará para reforestar las áreas afectadas es de $ 500 mil. Luego de una evaluación se identificarán los lugares en los que se intervendrá primero, pero aseguró que los pajonales son uno de los primordiales, pues guardan agua y aportan a las cuencas hidrográficas.
Cultivos destruidos en Chilla
En el cantón Chilla, los habitantes de las zonas montañosas se dedican al cultivo de moras. Debido a los recientes flagelos, decenas de hectáreas de la fruta, así como de papa y arroz, resultaron quemadas. Las vacas, ovejas y cerdos también están en riesgo, ya que a menos de un kilómetro las llamas amenazan con acorralar a los animales sin que nadie pueda brindarles auxilio.
Emeregilda Fajardo, de 71 años, quien vive con su esposo cerca de uno de los cerros devastados por el fuego, es una de las perjudicadas. La pareja tenía sembríos en su propiedad de tres hectáreas. “Todo se ha quemado, ya no tenemos qué comer. Las papas, el zapallo, el arroz, la mora y caña de azúcar quedaron en cenizas”, dijo muy preocupada, mientras podía ver desde su pequeña casa cómo las llamas quemaban todo el bosque.
Los habitantes de Pueblo Viejo, al ver que varios focos de lumbre amenazaban a sus viviendas, se armaron con baldes, palas, picos y tachos para combatir el fuego.
Richard Cartuche, alcalde de Chilla, calificó a la situación de la zona como muy grave.“Creo que de la alerta naranja deberíamos pasar a la roja, ya que no solo son las montañas las que se queman, ahora se incendiaron los cultivos y la amenaza puede llegar a un pueblo”, expresó.
Los cerros El Obispo y Burrohurco, al momento en llamas, son los que rodean a Pueblo Viejo. Unas 50 familias viven en el lugar y aproximadamente el 95% de ella se dedica a la agricultura y ganadería. Cada una posee no menos de dos hectáreas de cultivo, ya sea de arroz, papa, pepino, mora y otros productos de ciclo corto.
Las autoridades manifestaron que, de seguir el fuego así, no se descarta la evacuación del pueblo. Hasta el martes el flagelo estaba a dos kilómetros de las viviendas. Los niños no pueden asistir a clases, ya que la única escuela también está en riesgo.
Cinco focos en Cuenca
El Cuerpo de Bomberos trabajaba ayer en cinco sectores de la ciudad: Sigcho, Cebollar, Tarqui, por la Panamericana Norte y por Sayausí. “La situación es compleja y crítica”, dijo el comandante de los bomberos, Oswaldo Ramírez.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos entrego kits alimenticios y bebidas hidratantes a 12 policías, 78 militares y a 20 miembros de la Guardia Ciudadana que se integraron a la lucha contra las llamas. Contrariamente a lo que ocurre en las afueras de la ciudad, el incendio forestal de Chaucha y los focos registrados en Molleturo se apagan poco a poco.
Según el coronel Marco Martínez, de la División Tarqui, en el sobrevuelo de ayer pudo constatar que las llamas están controladas. En el caso de Chaucha -indicó- porque no tiene a dónde extenderse, mientras que el de Molleturo se apagó por sí mismo.
Mientras tanto, el incendio que se registró el lunes en el sector de Purubín y Zhuya, en la parroquia Gualleturo, del cantón Cañar, fue sofocado el martes en la madrugada por los bomberos de Cañar y El Tambo con la colaboración de la comunidad.
En este sector se quemaron aproximadamente mil hectáreas de bosque primario protegido con más de 500 años de vida. Además, se afectó el ecosistema de decenas de plantas y animales, como conejos silvestres, zorrillos y una gran variedad de pájaros, manifestó el jefe de Cuerpo de Bomberos de Azogues, Wilson Gómez.