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El Telégrafo
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Escasez de agua causa desesperación entre habitantes de Piñas

Escasez de agua causa desesperación entre habitantes de Piñas
01 de marzo de 2013 - 00:00

Cientos de ciudadanos en Piñas están desesperados por la escasez de agua potable que afecta a la ciudad. El líquido que reciben es entregado a través de tanqueros enviados desde otras poblaciones. Los piñenses, con balde en mano, forman largas filas para recibirlo y suplir algunas de sus necesidades.

La rigurosa estación invernal destruyó parcialmente la red de tuberías y los ciudadanos acceden al agua por pocas horas diarias. Hasta que se resuelva el problema, según Pablo Orellana, director del Departamento Municipal de Servicios Públicos, se les seguirá entregando a través de tanqueros.

Ayer, personal del Gobierno Provincial Autónomo de El Oro (GPAO) y del Cuerpo de Bomberos se encargaron de distribuir el líquido.

Muchos expresaron su descontento por la falta de información. “No nos han avisado nada en torno a los horarios de repartición. Estamos desesperados porque ya son tres días en esta situación”, se quejó una mujer.

El horario establecido para el suministro en los distintos sectores de Piñas es: de 05:00 a 08:00; de 11:00 a 13:00 y de 17:00 hasta las 19:00.

El alcalde Joseph Cueva llamó a la calma a la ciudadanía y recomendó que tome precauciones pertinentes a fin de enfrentar la emergencia.

Una mujer y sus cinco hijos están en la indigencia
Zoila González Rodríguez, madre soltera de cinco hijos, se quedó sin casa, luego de que la creciente del río arrasara su hogar el martes pasado, en la ciudadela Las Orquídeas.
Ella es una de las cuatro familias que lo perdieron todo.

Narró que con sus pequeños vivió momentos de pánico por la fuerte lluvia de ese día, considerada por los habitantes como una de las más intensas de los últimos 25 años.

Jamás se imaginó que iba a perder todos sus bienes ya que la vivienda se encontraba a una distancia considerable del caudal que cruza la ciudad. 

Sin embargo, las tres horas del aguacero bastaron para que subiera el nivel y arrasara la casa.

“Al ver que el río crecía muy rápido, lo único que hice fue sacar un poco de ropa y salir con mis hijos corriendo hasta la carretera”.

Actualmente se encuentra alojada en la escuela Federico González Suárez, que fue preparada como albergue para instalar a los afectados por las lluvias.

Una de sus hijas, de 13 años, pidió ayuda al Gobierno, para obtener una vivienda. “No somos solo nosotros, sino muchas personas que lo han perdido todo, por eso queremos que nos ayuden. Mi mochila se fue con la casa, los uniformes y todo, por suerte estamos en vacaciones, si no, no podría ir a estudiar”, dijo la menor mientras arreglaba la poca ropa que logró sacar de la casa.

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