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El Telégrafo
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En Chilla aguardan la llegada de un helicóptero para lanzar agua en cerros

En Chilla aguardan la llegada de un helicóptero para lanzar agua en cerros
19 de septiembre de 2012 - 00:00

El fuego no da tregua en Chilla y ahora un poblado se ve amenazado por 10 focos que lo rodean. Miembros de los organismos de socorro han improvisado un destacamento en la escuela Belizardo Fajardo, de Pueblo Viejo.

Richard Cartuche, alcalde del cantón, indignado, dijo que se habría controlado el fuego desde que se inició, “si el  Cuerpo de Bomberos al menos tuviera una motobomba y un carro 4x4”. Aproximadamente 40 familias viven en el lugar. “Si el fuego avanza, lo primero que se quemaría es la escuela, ya que es la primera que está en peligro”, dijo Rosa Fajardo, habitante del pueblo.

Ayer al menos unos 100 militares de la provincia subieron a la montaña. Tuvieron que caminar aproximadamente una hora  para llegar al punto del fuego. Residentes del cantón también se han unido para controlar en esta lucha que ya lleva 13 días.

Los comuneros proporcionan las raciones de alimentos para el personal que está combatiendo el flagelo. Rosa Belduma, quien tiene una pequeña choza en la montaña se niega a abandonarla, a pesar de que el fuego está a tan solo un kilómetro de la vivienda.

Edwin Mendoza, segundo comandante del Batallón de Infantería N°1 El Oro, llegó ayer al lugar para analizar las coordenadas y analizar a qué hora no hay mucho viento, para que el helicóptero  pueda arrojar el agua. En la provincia del Azuay, según el coronel Marco Martínez, de la III División de Ejército Tarqui, en un sobrevuelo que se realizó en la mañana, se constató que se mantienen algunos incendios, pero en menor grado a los del lunes pasado.

Cultivos arrasados

Los incendios forestales en Quito no solo han afectado a la flora y la fauna, sino también a las actividades productivas en tres parroquias. Las comunidades de Calacalí, Zámbiza y Lloa tienen ingresos por la agricultura, ganadería y turismo. Sin embargo, al momento están entre las zonas afectadas por los flagelos forestales que han acabado con aproximadamente 1.000 hectáreas de terrenos, entre pastizales, arbustos y cultivos, solo en la zona.

Jorge Lara, presidente de la junta parroquial de Lloa, explicó que la pérdida de cultivos ha afectado a varias familias.
Es así que los incendios cerca los sectores poblados y de las haciendas La Antigua y Las Palmas hicieron perder sembríos de habas, choclos y otros productos.

Los flagelos que se suscitaron en otros sitios de la parroquia, como Toacazo, Palmira Alta y Chiriboga, quemaron los pastizales, fuente de alimento del ganado. Además, el humo afectó a la salud de los semovientes. Los comuneros aún no calculan el monto de sus pérdidas, pero señalaron que, al quemarse los pastizales, las vacas pierden su alimento y con eso la capacidad de producir leche”.

A diferencia de Lloa, los pobladores de Calacalí afirmaron que el perjuicio para ellos supera los 30 mil dólares. En este sector también tienen como actividad productiva los cultivos de maíz, fréjol, habas y papas. En menor cantidad cosechan arvejas, cebada, trigo, cebolla, chochos y zambo. La ganadería también es otra fuente de  ingresos de la parroquia, la gente del Pululahua se dedica a la cría de vacas y cerdos para la venta.

Asimismo, tienen corrales de gallinas, de cuyes y de conejos que venden y utilizan para su consumo. Los caballos, asnos y mulas son empleados como medio de transporte y a veces para alquilarlos a los turistas. La preocupación de Juan Carlos Zapata, presidente de la junta parroquial de Calacalí, es que los flagelos afectaron a 15 hectáreas de la reserva ecológica Pululahua.

La flora y la fauna de esa zona -indicó- fue consumida por el fuego, lo cual puede incidir en una reducción de los visitantes. Allí también se suscitó un incendio que, según el alcalde de Quito, Augusto Barrera, está controlado, pero no sofocado completamente.

Inamhi pronostica lluvias

La Alcaldía de Quito dio a conocer que el clima variará en los próximos días, lo cual viabilizaría  que los incendios se mitiguen. Barrera explicó que, según el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), la intensidad de la radiación solar disminuyó, así como también la velocidad del viento; la humedad aumentó y para el viernes se prevén precipitaciones. La noche del lunes cayeron las primeras gotas de lluvia  que pudieron observarse desde el sector de La Marín para el sur. El burgomaestre recalcó que la emergencia se mantendrá, aunque mejore el clima.

Mientras que en la capital de la República las autoridades tienen la esperanza de que desde este fin de semana empiecen a caer los primeros chubascos de la época. En la provincia de Imbabura tres incendios ponían en apuros a los elementos de la “casaca roja”.

Los trabajos para sofocar las llamas por parte de las seis empresas municipales de bomberos, 200 policías y 300 militares no fueron suficientes. Hasta el momento continúan activos tres flagelos. El de mayor magnitud es el que se originó hace cinco días en la hacienda Pisangacho, en el cantón Urcuquí.

Fernando Proaño, jefe del comando regional Fuerza Tarea 1 Norte, dijo que en ese sector las lenguas de fuego alcanzan los tres metros. “A causa del fuerte viento, el fuego se ha propagado a lo largo y ancho de 600 hectáreas”, comentó.

Por esa razón, el oficial y miembro del Comité de Operaciones de Emergencia de Imbabura envió a la zona un helicóptero militar M1, con capacidad para transportar 2.800 litros de agua, y así lograr controlar el siniestro. Solo en ese sector, desde el aire ya se han arrojado más de diez mil litros de líquido. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición el incendio no había sido controlado.

Por su parte, la gobernadora de Imbabura, Gabriela Rivadeneira, informó que, ante la emergencia, el COE provincial resolvió prohibir los incendios controlados (agrícolas) hasta que la temporada seca de verano termine.

Jorge Terán, director provincial de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, dijo que de las más de 2.000 hectáreas de terrenos consumidos por el fuego, al menos 600 hectáreas son de bosques primarios. “El daño que se ha causado a la naturaleza en estos tres meses en irreversible”, comentó.

19-9-12_regional-humoCuatro heridos en Chimborazo

En Chimborazo, según los datos de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), se han registrado 25 incendios forestales, tres de ellos de gran magnitud: uno en el cantón Pallatanga y dos en el cantón Colta.

Walter Estrada, director provincial de esa entidad, indicó que el fuego de la comunidad de Bellavista, territorio colteño, ya fue controlado, pero hay otro que sigue arrasando con decenas de hectáreas de pajonales en la comuna de Pangor, en este mismo cantón.

Algo similar ocurre en Pallatanga, donde el fuego ha consumido 800 hectáreas, entre ellas parte del  bosque primario El Corazón; además, se registran cuatro personas heridas por combatir el flagelo. Según el Ministerio del Ambiente, los incendios no solo afectaron bosques primarios sino también plantaciones, pasto, pajonales, entre otros.

En Pallatanga, los rescatistas encontraron incinerados los restos de sacha cuy, conejos de monte, venados y tigrillos. Además, se han perdido especies nativas de árboles (quishuar, colle, yagual y otros). En Pangor, el incendio se registra a una altitud de 3.500 metros sobre el nivel del mar en una zona de páramos cubierta de pajonales, (plantas que cumplen la función de retención del agua).

Los intensos rayos solares y los fuertes vientos que se dan en la Sierra Central dificultan la sofocación del fuego. “Nuestros hombres luchan contra el fuego desde hace 16 días y el viento cada vez aviva las llamas”, indicó Manuel morocho, jefe del Cuerpo de Bomberos de Riobamba. “Como alternativa para apagar el flagelo se están construyendo zanjas en el lado sur del incendio en Pangor,  lo mismo se hará en Pallatanga tomando en consideración la orientación de los vientos”, señaló Estrada.

Aún no se define el número de personas que estarían afectadas, pero se estima que 5 comunidades cercanas al flagelo sufren los estragos (Jalubí, Bayampamba, Las Rosas, Bushcud y Galán).

En estos lugares, los habitantes perdieron la provisión de agua de consumo, porque la tubería PVC que conducía el recurso hídrico colapsó por las llamas. Mientras que en Colta las comunidades aledañas presentan problemas respiratorios por el humo que inhalaron.

En la provincia del Cañar, en la parte alta de la comunidad de Buquiar, parroquia Gualleturo, se produjo un incendio de grandes proporciones. Debido a su magnitud, se dispuso la intervención inmediata de 63 miembros de la III División del Ejército Tarqui, 30 bomberos de los cantones Cañar, El Tambo y Suscal, personal de Seguridad Ciudadana y policías municipales del cantón Cañar.

En el Salón Azul del Cabildo, a las 16:00, coordinaron el trabajo en las montañas los representantes de la Gobernación, del Ejército Tarqui, la Jefatura de Policía de Cañar, jefes del Cuerpo de Bomberos cantonal y provincial, así como los presidentes de la juntas parroquiales de Gualleturo y San Antonio de Paguancay.

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