El miedo invade a Victoria Utitiaj, de la comunidad de Yukuteis. Es la primera vez que la mujer llega hasta un centro de salud para un chequeo de su embarazo. Como a ella, el Distrito de Gualaquiza y San Juan Bosco, provincia de Morona Santiago atiende a 251 embarazadas pertenecientes a 121 comunidades de este sector de la Amazonía.

Utitiaj es una de las beneficiadas del servicio médico que asegura el contar con asistencia en un hospital. Antes, la distancia y la falta de dinero impedían que lleguen a los controles de sus embarazos. “Nos recogen y nos regresan a la comunidad gratis y nos apoyan con todo. Tenemos a una persona pendiente siempre de nosotras; todo esto hace que la atención sea privilegiada para nosotros por nuestro estado”, indica la mujer.

La atención médica está contemplada dentro del plan de prevención de muerte materna que ejecuta el Distrito Gualaquiza y San Juan Bosco. Los médicos semanalmente dan asistencia gratuita a mujeres embarazadas, incluso las trasladan hasta los hospitales para que cumplan sus controles prenatales con la ginecóloga. “Los controles son de vital importancia para el normal desarrollo del embarazo y para ello en el Distrito Gualaquiza-San Juan Bosco se tiene como exigencia mínima la realización de 2 controles con médico ginecólogo para todas las gestantes”, indica su directora María Urgilés.

En el caso de las embarazadas de comunidades alejadas y de recursos económicos limitados, el Ministerio de Salud, a través del Distrito 14D04, asume en su totalidad el gasto de traslado y alimentación para que todas las mujeres en gestación tengan acceso a este servicio de salud pública.

Las embarazadas son recogidas por los equipos de salud en sus hogares y transportadas en vehículos del MSP de forma gratuita hasta el Hospital Misereor. “Al llegar a la principal casa de salud de Gualaquiza, las embarazadas tienen un trato privilegiado y de inmediato se les realiza los exámenes de laboratorio clínico para determinar su estado de salud, tanto de ellas, como de su bebés”, se dijo. Luego reciben un desayuno de manera gratuita en el comedor del hospital; “siempre bajo el acompañamiento de una enfermera, quien se encarga de tener con antelación los turnos de atención listos y con horas definidas” señaló la funcionaria.

Maricela Nantip, de la comunidad de El Tink, destaca el acercamiento que se da hacia las diferentes salas de parto para perder el miedo de dar a luz en un establecimiento de salud. “Tras las explicaciones y el recorrido entendemos que lo mejor es dar a luz en el hospital. Las salas están en perfectas condiciones y sobre todo es muy bueno la sala de parto cultural donde podemos elegir la posición para tener a nuestro hijo”. (I)