El tequila hecho en Azuay sale desde Ñamarín
Ñamarin es una pequeña comunidad de la parroquia Cochapata, perteneciente al cantón Nabón, provincia del Azuay. Sus habitantes son gente trabajadora. Viven de la agricultura, ganadería y de la fabricación del tequila, (licor hecho a base del penco).
Los esposos, Manuel Remigio Capelo y Rosa Quiroga, producen esta bebida desde 1985. En sus inicios, no le dieron mucha importancia a la obtención del licor, pero fue en el 2000, que tomaron la decisión de empezar a comercializarlo.
La venta generó ingresos importantes a la familia. Manuel dejó su trabajo de contratista en la construcción, para dedicarse de ella a la elaboración del tequila.
Con el tiempo, el negocio fue tomando fuerza y cada vez más necesitaban de materia prima. Así entonces, pidió a sus familiares y vecinos que trabajen y los abastezcan con pulque, (jugo del penco).
Los esposos Capelo, extraen la materia del maguey colocando un recipiente en la base de la planta. Deben esperar entre ocho y 10 horas para que el tacho se llene.
Acotó que es un trabajo sacrificado, por la falta de riego ya que el agua es indispensable para el cultivo. Considera que hace falta el apoyo de las autoridades para el proyecto de esta comunidad.
Capelo les paga 60 centavos por cada galón de pulque a sus vecinos.
De esta manera puede satisfacer los pedidos que tiene de diferentes zonas de la provincia.
El productor dice que el licor “es solo uno de los tantos derivados que se puede obtener del penco”.
Explicó que una vez que se culmina de extraer todo el líquido, la planta pasa a un proceso de secado, momento en el cual se aprovecha sus hojas, para obtener la cabuya que sirve para las artesanías y la elaboración de sogas. También esta familia elabora miel de pulque, un endulzante para las personas que sufren de diabetes. Este producto, indica, también es empleado para tratamientos de enfermedades bronquiales y el reumatismo.
“Solo se necesita paciencia e ingenio para aprovechar al máximo el producto”, dijo Capelo.
La elaboración del licor se demora de 15 a 20 días, entre la fermentación y la destilación.
“Se debe tener el mayor de los cuidados al momento de sacar el pulque para evitar posibles contagios de cualquier naturaleza. Ello hasta llegar al depósito de los tanques de fermentación”, dijo doña Rosa. Cada tanque almacena 250 galones. Una vez fermentado pasa al alambique donde se lo hierve.
El vapor circula por unos conductos que son enfriados en un tanque de agua y llega en líquido al almacenador de licor.
Una planta, el objetivo
La capacidad de producción de licor de esta familia es de 60 litros a la semana y 20 litros de miel.
Si bien la pequeña fábrica tiene los mínimos equipos para la obtención del tequila, entre sus objetivos es construir nuevas instalaciones. Al momento ese proyecto está detenido por un accidente que sufrió el dueño, en su pierna derecha.
“Esto no será impedimento para que se culmine la obra”, dijo.
El fabricante manifestó que también se gestiona el permiso sanitario para la venta al público.
El nuevo local tendrá un área de 10 metros cuadrados, no se sabe con exactitud cuándo estará, pero cree que a finales de este año, entrará en funcionamiento.
Contará con un lugar para los turistas y con comodidades para consumirlo en el lugar.
“Si alguien ha probado el pulcre sin procesar, podrá reconocer el buen tequila de penco. Esto se toma con una pizca de sal y limón, pero de un solo vuelo”, dijo doña Rosa.
La iniciativa para la elaboración nación del esposo de Rosa.
El proceso lo aprendió con un amigo en la comunidad de Cochapamba, a 30minutos de Ñamarin.
En el domicilio de los Capelo-Quiroga se guarda varios premios que ganaron en los festivales de Nabón. También tienen reconocimientos de las autoridades de Cuenca. Ahora, la pareja, espera el apoyo de las autoridades para formar una microempresa ya que su bebida es muy apreciada en la capital azuaya, en Machala, Loja y por los migrantes que están en EE UU.